Día: 4 de mayo de 2012

Las palabras de Jesús no pueden ser más claras: “Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco ustedes si no permanen en mi”. Por el Bautismo hemos sido injertados en Cristo, y de Él recibimos la vida lo mismo que los sarmientos reciben vida de la Vid. Si no vivimos de Él, sus enseñanzas se extinguirán….. Así como la vida del sarmiento depende de la Vid, la vida del cristiano depende de su unión con Cristo. Separados de Jesús, sus discipulos no podemos hacer nada. Jesús no solo le pide a sus discípulos que permanezcan en él, les dice también que “sus palabras permanezcan en ellos”, que no las olviden. …. que vivan de su Evangelio. Los evangelios encierran la fuerza más poderosa que poseemos las comunidades cristianas para regenerar nuestra vida de fe, es la energía que necesitamos para alimentar nuestra identidad de seguidores de Jesús. El Evangelio de Jesús es el instrumento pastoral más importante para renovar nuestra Iglesia de hoy.

CANTAREMOS

Evangelio según San Juan (Jn 15,1-8)

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: ” Yo soy la verdadera vid y mi Padre el viñador. Al sarmiento que no da fruto en mí, él lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto.

Ustedes están purificados por las palabras que les he dicho. Permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por si mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer. Al que no permanece en mí se le echa fuera, como al sarmiento, y se seca; luego lo recogen, lo arrojan al fuego y arde.

Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten asó como discípulos míos”.