18 de Enero–II Domingo del Tiempo Ordinario.

Evangelio según san Juan (Jn 1,35-42)

En aquel tiempo, estaba Juan  el Bautista con dos de sus discípulos y, fijando los ojos en Jesús que pasaba, dijo:
– «Éste es el Cordero de Dios.»
Los dos discípulos al oír estas palabras siguieron a Jesús. Él se volvió hacia ellos y, viendo que lo seguían, les preguntó:
– «¿Qué buscan?»
Ellos le contestaron:
– «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?»
Él les dijo:
– «Vengan a ver.»
Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día; Eran como las cuatro de la tarde.
Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron lo que Juan el Bautista decía y siguieron a Jesús. El primero a quien encontró Andrés fue a su su hermano Simón y le dijo:
– «Hemos encontrado al Mesías (que quiere decir “el Ungido”).»
Lo llevó a donde estaba Jesús y éste fijando en él la mirada, le dijo :
– «Tú eres Simón, hijo de Juan. Tú te llamarás Kefás” (que significa Pedro, es decir “roca”).»