1 de Febrero–IV Domingo del Tiempo Ordinario /B

Evangelio según san Marcos (Mc 1,21-28)

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de sus palabras, pues enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.
Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, que se puso a gritar:
– «¿Qué quieres tú de nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios.»
Jesús lo ordenó:
– «Cállate y sal de él.»
El espíritu inmundo sacudiendo al hombre con violencia y, dando un alarido, salió de él. Todos quedaron estupefactos y se preguntaban:
– «¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es esta? Este hombre tiene autoridad para mandar hasta a los espíritus inmundos y le obedecen.»
Y muy pronto su fama se extendió en seguida por toda Galilea.