Mes: enero 2016

El Papa Francisco y el Jubileo de la Misericordia

Papa: Año de la Misericordia nos apremia a testimoniar al mundo la caridad de Cristo

Conversión, perdón de los pecados, renovación del espíritu, amor, paz, obras de misericordia

Que el Jubileo de la Misericordia que estamos viviendo sea para todos un tiempo de gracia y de renovación espiritual y que nos invite a salir del egoísmo y promueva en cada uno el ejercicio de las obras de misericordia, fue el ferviente deseo del Papa Francisco a los numerosos peregrinos de tantas partes del mundo, que participaron en su audiencia general, en la Plaza de San Pedro.

La Caridad de Cristo nos apremia

Encuentro que culminó con su invitación a la jornada de retiro espiritual para todos los agentes de la caridad, que el mismo Obispo de Roma encargó organizar al Pontificio Consejo Cor Unum, que sigue a nivel universal el servicio de caridad de la Iglesia, en el tiempo de la Cuaresma 2016, con el lema: «Caritas Christi urget nos»:

«El Pontificio Consejo Cor Unum, en ocasión del Jubileo de la Misericordia, ha promovido una jornada de retiro espiritual para las personas y grupos comprometidos en el servicio de la caridad. La jornada, que se desarrollará en las diócesis durante la próxima Cuaresma, será ocasión para reflexionar sobre la llamada a ser misericordiosos como el Padre. Invito a acoger esta propuesta, utilizando los subsidios preparados por Cor Unum».

Invocando sobre todos la alegría y la paz del Señor Jesús, que nunca nos abandona, el Santo Padre reiteró su exhortación a «dejarnos transformar por su amor misericordioso para ser verdaderos hijos de Dios»: Leer más

31 de Enero – IV Domingo del Tiempo Ordinario /C

Evangelio según san Lucas (Lc 4,21-31)

En aquel tiempo, después de que Jesús leyó en la sinagoga un pasaje del libro de Isaías, dijo: “Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír”. Todos le daban su aprobación y admiraban la sabiduría de las palabras que salían de sus labios, y se preguntaban: “¿No es éste el hijo de José?”
Jesús les dijo: “Seguramente me dirán aquel refrán: ‘Médico, cúrate a ti mismo’ y haz aquí, en tu propia tierra, todos esos prodigios que hemos oído que has hecho en Cafarnaúm”. Y añadió: “Yo les aseguro que nadie es profeta en su tierra. Había ciertamente en Israel muchas viudas en los tiempos de Elías, cuando faltó la lluvia durante tres años y medio, y hubo un hambre terrible en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda que vivía en Sarepta, ciudad de Sidón. Había muchos leprosos en Israel, en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, sino Naamán, que era de Siria”.
Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se llenaron de ira, y levantándose, lo sacaron de la ciudad y lo llevaron hasta una saliente del monte, sobre el que estaba construida la ciudad, para despeñarlo. Pero él, pasando por en medio de ellos, se alejó de allí.

Cantaremos. III Domingo del Tiempo Ordinario /C

Nadie es profeta en su tierra.

El relato de la sinagoga de Nazaret, lo que leemos hoy (4,14-21) es una construcción muy particular de Lucas; una de las escenas programáticas del tercer evangelista que quiere marcar pautas bien definidas de quién es Jesús y lo que vino a hacer entre los hombres. Eso no quiere decir que la escena no sea histórica, pero está retocada por activa y por pasiva por nuestro autor para lograr sus objetivos. Es el programa del profeta de Galilea que viene a su pueblo, Nazaret y desde la sinagoga, lugar de la proclamación de la palabra de Dios, lanzar un mensaje nuevo. Por ello, el mensaje que nos propone Lucas sobre lo que Jesús pudo decir en Nazaret y en las otras sinagogas se inspira en textos bien precisos (Is 61,1-2; 58,6) que hablan de la buena nueva para los ciegos, cojos, pobres, excluidos o condenados de cualquier raza o condición.Incluso se va más allá, ya que Jesús, como profeta definitivo, corrige las mismas experiencias de los profetas del Antiguo Testamento. En esos textos citados por Lucas se hace caso omiso de la ira de Dios contra aquellos que no pertenecen al pueblo de Israel. Dios, pues, el Dios de Jesús, no ama a un pueblo excluyendo a los otros, sino que su proyecto es un proyecto universal de salvación para todos los hombres. Por eso su mensaje es evangelio, buena nueva. Así concluye el mensaje fundamental del evangelio de este domingo, aunque la escena es mucho más compleja y determinante (no obstante, la continuación de la misma se guarda como lectura evangélica para el próximo domingo). Lo importante está dicho: en Galilea, Jesús profeta, rompiendo el silencio de Nazaret, nos trae la buena nueva a todos los que la anhelamos, aunque seamos pecadores. Nadie está excluido de la salvación de Dios.

Fray Miguel de Burgos Núñez
Lector y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

A su regreso del desierto, donde fue tentado por el demonio, Jesús retorna a Galilea e inspirado por el Espíritu va enseñando en las Sinagogas. Todos lo alababan y su fama se extendió por la región. Fue también a Nazaret donde había vivido siempre.  La Sinagoga no era un templo, sino la casa donde se reunía la comunidad para orar y para escuchar la Lectura santa. Todo miembro mayor de edad podía dirigirse a la asamblea. Así que el día que llegó Jesús a la Sinagoga de Nazaret, el servidor tomó el Libro de Isaías y se lo ofreció a quien pedía la palabra.  “El Espíritu Santo está sobre mi, porque me ungió para evangelizar….” y continúa leyendo el profético libro…..Evidentemente el pasaje queda vinculado al profundo sentido de la palabra y al momento aquél…

Jesús, evidentemente conmovido comienza diciendo: “Hoy se cumple esta Escritura”. Él es el Mesías y sobre él se posa el Espíritu Santo que le ha ungido. “Unción” significa que el Espíritu penetra en una persona, que toma posesión de ella y que le ha marcado con su sello indeleble.  El “ungido” por excelencia es Cristo. ¡Todos se maravillan de sus palabras llenas de “gracia”, un término que significa “llenas de vida”.  Todos le miraban con admiración, una admiración que durará poco…La cruz ya está presente, nadie es profeta en su tierra.

Julie Meucci


CANTAREMOS:

      • Al reunirnos en el nombre del Señor ………………………………………………  6
        • Señor ten piedad – Gloria
        • Aleluya – Antífona
      • Te ofrecemos Señor ………………………………………………………………….. 186
        • Santo – Padre nuestro
        • La Paz – Cordero de Dios
      • Con nosotros está ………………………………………………………………………  45
      • Tan cerca de mi ……………………………………………………………………….. 146
      • Viva Cristo ……………………………………………………………………………….. 218

24 de Enero – III Domingo del Tiempo Ordinario /C

Evangelio según san Lucas (Lc 1,1-4;4,14-21)

Muchos han tratado de escribir la historia de las cosas que pasaron entre nosotros, tal y como nos las trasmitieron los que las vieron desde el principio y que ayudaron en la predicación. Yo también, ilustre Teófilo, después de haberme informado minuciosamente de todo, desde sus principios, pensé escribírtelo por orden, para que veas la verdad de lo que se te ha enseñado.
(Después de que Jesús fue tentado por el demonio en el desierto), impulsado por el Espíritu, volvió a Galilea. Iba enseñando en las sinagogas; todos lo alababan y su fama se extendió por toda la región. Fue también a Nazaret, donde se había criado. Entró en la sinagoga, como era su costumbre hacerlo los sábados, y se levantó para hacer la lectura. Se le dio el volumen del profeta Isaías, lo desenrolló y encontró el pasaje en que estaba escrito: El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva, para anunciar la liberación a los cautivos y la curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor.
Enrolló el volumen, lo devolvió al encargado y se sentó. Los ojos de todos los asistentes a la sinagoga estaban fijos en él. Entonces comenzó a hablar, diciendo: “Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír”.

Los sacerdotes también lloran.

¿Los sacerdotes también lloran?

Foto de Jorge Enrique Mújica LC.Yo no aguanté y lloré ayer. Iba a cenar cuando sonó el timbre de casa. Buscaban un sacerdote para dar la unción de los enfermos a una moribunda. Pedí permiso a mi superior, tomé el óleo santo, el ritual de los sacramentos, la estola morada y me subí a un coche desconocido que me llevó a un hospital público cercano.

Si alguien hubiera aparecido en aquel lugar sin saber dónde se encontraba hubiera supuesto que se trataba de un mercado. Pero no, era un hospital público con hacinamiento donde las personas –desgraciadamente– no siempre son tratadas con la dignidad que merecen.

Subí el ascensor, recorrí unos pasillos y llegue a la habitación (donde había otros tres internados). En la cama se encontraba una mujer agonizante que estaba perdiendo la batalla contra el cáncer de hígado y páncreas. En los pasillos aguardaba la familia de Laura: el papá, el esposo y sus tres jóvenes hijos (el más pequeño de apenas tres años).

Traté de consolarla, darle el cariño con que Dios se disponía a recibirla pero ya estaba inconsciente. Entonces me preparé para administrar el sacramento de la unción y pedí al esposo de la moribunda que me ayudará como «acólito». Se me cortó la voz varias veces y la fuga de lágrimas fue una constante durante casi todo el rito. Al final pedí a los familiares que salieran de la habitación y di la absolución que se da a los que se confiesan. Si Laura moría en unas horas iría derechito con Dios.

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Cantaremos. 17 de Enero, II Domingo del Tiempo Ordinario /C

1ª) ¡La definitiva salvación presentada como un banquete de bodas!
Había una boda en Caná de Galilea y la madre de Jesús estaba allí; Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Sabemos que la primera lectura, habitualmente del Antiguo Testamento (promesa) y la tercera lectura que siempre es del Evangelio (realidad), están íntimamente relacionadas entre sí cada una en su nivel. El Tercer Isaías nos remitía a la experiencia del amor matrimonial para expresar el amor que Dios tiene por su pueblo. Un amor vivido en fidelidad inquebrantable por parte de Dios. Sabemos también, por el relato de los evangelistas, que a Jesús le gustaba presentar el reino de Dios como una fiesta de bodas. El evangelista Juan ha elegido el marco de una boda para revelar que lo nuevo comienza por medio de Jesús. El agua que Jesús convierte en un vino de excelente calidad simbolizaba las antiguas prácticas judías, es decir, la ley y el ritual antiguo. Jesús viene a sustituirlo por algo totalmente nuevo, simbolizado por el vino excelente. Este vino, como ya lo entendían los Padres de la Iglesia, representa la nueva y definitiva alianza de Dios con los hombres. El hombre es invitado a vivir la experiencia del amor de un Dios fiel a sus promesas y a su palabra. Jesús es el encargado de dar comienzo a esta nueva realidad que culminará en el reino definitivo de Dios o en la vida eterna sin fin, como le gusta llamarla al evangelista Juan.
2ª) ¡Tarea del Hijo y de la madre!
La madre de Jesús le dijo: no les queda vino. Jesús le contestó: Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora. La madre dijo a los sirvientes: Haced lo que él diga. Este diálogo de la madre con el Hijo ha suscitado no pocas dificultades ya desde antiguo. Para comenzar nótese que cuando se dirige Jesús a su madre no la llama madre sino «mujer». Este mismo recurso utilizará en la cruz cuando la encomienda a su mejor discípulo. Esta expresión nos remite espontáneamente al comienzo de la creación donde se llama a Eva «mujer y madre de todos los vivientes». El evangelista quiere indicar a sus lectores que María tiene una misión amplia que se apoya en su calidad de madre de Jesús, pero que se extiende hasta abarcar a toda la humanidad, especialmente a los discípulos de Jesús. La tarea de María es llevar a los hombres a Jesús: haced lo que él os diga. Jesús tiene la verdadera palabra de vida. Así lo ha expresado en el prólogo de su evangelio. Y así lo afirmará Pedro: Tú solo tienes palabras de vida eterna. Es necesario dirigir la atención hacia Jesús y ponerse en camino formando parte de su discipulado. En la Iglesia de hoy siguen teniendo plena validez estas palabras del relato evangélico. La mirada de la Iglesia y de los creyentes ha de abrirse hasta abarcar a todos los hombres que son invitados, hoy también, a escuchar la palabra de Jesús y seguir sus pasos para conseguir el verdadero sentido de la vida humana.

Fr. Gerardo Sánchez Mielgo.

CANTAREMOS:

      • El Señor nos llama y nos reúne ……………………………….. 272
        • Señor ten piedad – Gloria
        • Te vengo a ofrecer – Aleluya
        • Antífona – Santo – Padre Nuestro
        • La Paz – Cordero de Dios
      • Tu pones lo demás ………………………………………………… 190
      • Por ti Señor ………………………………………………………….. 134
        • Nadie hay tan grande como tu

17 de Enero. II Domingo del Tiempo Ordinario /C

Evangelio según san Juan (Jn 2,1-11)

En aquel tiempo, hubo una boda en Caná de Galilea, a la cual asistió la madre de Jesús. Éste y sus discípulos también fueron invitados. Como llegara a faltar el vino, María le dijo a Jesús: “Ya no tienen vino”. Jesús le contestó: “Mujer, ¿qué podemos hacer tú y yo? Todavía no llega mi hora”. Pero ella dijo a los que servían: “Hagan lo que él les diga”.
Había allí seis tinajas de piedra, de unos cien litros cada una, que servían para las purificaciones de los judíos. Jesús dijo a los que servían: “Llenen de agua esas tinajas”. Y las llenaron hasta el borde. Entonces les dijo: “Saquen ahora un poco y llévenselo al mayordomo”.
Así lo hicieron, y en cuanto el mayordomo probó el agua convertida en vino, sin saber su procedencia, porque sólo los sirvientes la sabían, llamó al novio y le dijo: “Todo el mundo sirve primero el vino mejor, y cuando los invitados ya han bebido bastante, se sirve el corriente. Tú, en cambio, has guardado el vino mejor hasta ahora”.
Esto que hizo Jesús en Caná de Galilea fue el primero de sus signos. Así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.

Cantaremos – 10 de Enero. El Bautismo del Señor.

Jesús es el Ungido para proclamar al mundo la Salvación

Posiblemente la mayoría de los cristianos pasamos el período navideño perdidos en la manipulación del consumismo comercial y en la preparación gastronómica que impone la costumbre decembrina…nos absorben muchas cosas que están ciertamente muy alejadas de lo que es el meollo de la Navidad: la celebración del misterio de la Encarnación. Es posible que a muy pocos le haya sorprendido alguna vez el nacimiento del Hijo de Dios en un pesebre, así como pocos se detendrán a pensar este domingo en la manera también sorprendente de dar comienzo a su predicación del reino de Dios y su anuncio de la Salvación. Jesús da comienzo a su vida pública, presentándose como uno más entre el grupo de pecadores que escucharon el llamado de Juan Bautista  para recibir el bautismo de penitencia.

Si el gesto de humildad de Jesús es grande, también lo es la manifestación del Dios Trinitario, abalando el comportamiento del Señor y reconociéndolo como su Hijo unigénito.  Dicen los Evangelios que al terminar el rito del bautismo  “bajó sobre Jesús el Espíritu Santo, como una paloma, y se escuchó una voz del cielo diciendo: “Tú eres mi hijo; Yo te he engendrado hoy” .(Lc, 3,22).  Luego, Jesús se va al desierto, a la soledad con Dios,  para regresar y  a predicar a los hombres su buena Noticia de salvación

Nadie ha visto a Dios” dice San Juan, y es evidente que sólo por Jesús nos es dado tener referencias de él.  No dejemos transcurrir la vida sin tomarnos en serio la búsqueda de Dios. Todo momento es bueno para dar un giro de gracia en nuestra vida, para cultivar la capacidad de permanecer abiertos a la Luz que puede iluminar nuestra existencia… Detrás de los dolores y de las alegrías de la vida, está siempre esperándonos el amor infinito de Dios.

CANTAREMOS

      • Reunidos en el nombre del Señor …………………………………………159
        • Señor ten piedad – Gloria
        • Aleluya – Antífona
      • Este pan y vino …………………………………………………………………. 91
        • Santo – Padre nuestro
        • La Paz – Cordero de Dios
      • Señor tu eres nuestra luz ………………………………………………….. 171
      • Tan cerca de mi ………………………………………………………………. 193
      • Alabaré …………………………………………………………………………… 17

10 de Enero – Domingo. El Bautismo del Señor

Evangelio según san Lucas (Lc 3,15-16,21-22)

En aquel tiempo, como el pueblo estaba en expectación y todos pensaban que quizá Juan el Bautista era el Mesías, Juan los sacó de dudas, diciéndoles: “Es cierto que yo bautizo con agua, pero ya viene otro más poderoso que yo, a quien no merezco desatarle las correas de sus sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego”.
Sucedió que entre la gente que se bautizaba, también Jesús fue bautizado. Mientras éste oraba, se abrió el cielo y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma sensible, como de una paloma, y del cielo llegó una voz que decía: “Tú eres mi Hijo, el predilecto; en ti me complazco”.