Cantaremos. III Domingo del Tiempo Ordinario /C

Nadie es profeta en su tierra.

El relato de la sinagoga de Nazaret, lo que leemos hoy (4,14-21) es una construcción muy particular de Lucas; una de las escenas programáticas del tercer evangelista que quiere marcar pautas bien definidas de quién es Jesús y lo que vino a hacer entre los hombres. Eso no quiere decir que la escena no sea histórica, pero está retocada por activa y por pasiva por nuestro autor para lograr sus objetivos. Es el programa del profeta de Galilea que viene a su pueblo, Nazaret y desde la sinagoga, lugar de la proclamación de la palabra de Dios, lanzar un mensaje nuevo. Por ello, el mensaje que nos propone Lucas sobre lo que Jesús pudo decir en Nazaret y en las otras sinagogas se inspira en textos bien precisos (Is 61,1-2; 58,6) que hablan de la buena nueva para los ciegos, cojos, pobres, excluidos o condenados de cualquier raza o condición.Incluso se va más allá, ya que Jesús, como profeta definitivo, corrige las mismas experiencias de los profetas del Antiguo Testamento. En esos textos citados por Lucas se hace caso omiso de la ira de Dios contra aquellos que no pertenecen al pueblo de Israel. Dios, pues, el Dios de Jesús, no ama a un pueblo excluyendo a los otros, sino que su proyecto es un proyecto universal de salvación para todos los hombres. Por eso su mensaje es evangelio, buena nueva. Así concluye el mensaje fundamental del evangelio de este domingo, aunque la escena es mucho más compleja y determinante (no obstante, la continuación de la misma se guarda como lectura evangélica para el próximo domingo). Lo importante está dicho: en Galilea, Jesús profeta, rompiendo el silencio de Nazaret, nos trae la buena nueva a todos los que la anhelamos, aunque seamos pecadores. Nadie está excluido de la salvación de Dios.

Fray Miguel de Burgos Núñez
Lector y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

A su regreso del desierto, donde fue tentado por el demonio, Jesús retorna a Galilea e inspirado por el Espíritu va enseñando en las Sinagogas. Todos lo alababan y su fama se extendió por la región. Fue también a Nazaret donde había vivido siempre.  La Sinagoga no era un templo, sino la casa donde se reunía la comunidad para orar y para escuchar la Lectura santa. Todo miembro mayor de edad podía dirigirse a la asamblea. Así que el día que llegó Jesús a la Sinagoga de Nazaret, el servidor tomó el Libro de Isaías y se lo ofreció a quien pedía la palabra.  “El Espíritu Santo está sobre mi, porque me ungió para evangelizar….” y continúa leyendo el profético libro…..Evidentemente el pasaje queda vinculado al profundo sentido de la palabra y al momento aquél…

Jesús, evidentemente conmovido comienza diciendo: “Hoy se cumple esta Escritura”. Él es el Mesías y sobre él se posa el Espíritu Santo que le ha ungido. “Unción” significa que el Espíritu penetra en una persona, que toma posesión de ella y que le ha marcado con su sello indeleble.  El “ungido” por excelencia es Cristo. ¡Todos se maravillan de sus palabras llenas de “gracia”, un término que significa “llenas de vida”.  Todos le miraban con admiración, una admiración que durará poco…La cruz ya está presente, nadie es profeta en su tierra.

Julie Meucci


CANTAREMOS:

      • Al reunirnos en el nombre del Señor ………………………………………………  6
        • Señor ten piedad – Gloria
        • Aleluya – Antífona
      • Te ofrecemos Señor ………………………………………………………………….. 186
        • Santo – Padre nuestro
        • La Paz – Cordero de Dios
      • Con nosotros está ………………………………………………………………………  45
      • Tan cerca de mi ……………………………………………………………………….. 146
      • Viva Cristo ……………………………………………………………………………….. 218