Día: 5 de julio de 2014

Cantaremos. Domingo XIV del Tiempo Ordinario /A

Los discípulos habían regresado de una misión y contentos cuentan a Jesús sus experiencias. Mateo nos presenta a un Jesús gozoso porque todo ha salido bien.

Jesús da gracias al Padre porque su mensaje del reino de Dios es comprendido y aceptado por los sencillos y humildes de corazón. Pareciera que la revelación de Dios no encaja en la retorcida mentalidad del mundo y si en cambio en la humilde sencillez del que se sabe limitado, pero deposita en el Señor su confianza. La revelación del amor de Dios que el Señor hace con su vida y sus palabras, penetra como lluvia fecunda, sólo en los corazones que se abren con sencillez al llamado de la Gracia.

Esa Gracia no es limitada, ni parcializada. Es amplia y compasiva para alcanzar y sanar la pobreza y debilidades que son parte de la herencia de sus seguidores…. No nos abandona el Señor cuando nos sentimos cansados por el peso de las cruces inherentes a las dificultades de la vida… y nos dice con su infinita compasión: “Vengan a Mi”….. Ven a Mi, porque Yo puedo aliviar tus cargas y puedo suplir tus limitaciones. El Señor nos conoce hasta lo más profundo de nuestro ser. Aquí nace el “alivio” que Él nos ofrece cuando nos pide que le busquemos y le entreguemos nuestra fatiga, aprendiendo de Él que es manso y humilde de corazón porque Él nos aliviará!

CANTAREMOS:

      • El Seños nos llama y nos reúne…………………………………….272
        • Ten Piedad – Gloria – Aleluya
        • Antífona
      • Este es el momento……………………………………………………..73
        • Santo – Padre nuestro – La Paz
        • Cordero de Dios
      • Señor Dios nuestro……………………………………………………..169
      • Tan cerca de mí………………….………………………………………193
      • Viva Cristo…………………………………………………………………218

6 de Julio. Domingo XIV del Tiempo Ordinario /A

Evangelio según san Mateo ( Mt 11,25-30)

En aquel tiempo, exclamó Jesús:
– «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor.
Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Vengan a mi todos los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»