Autor: alberto

El paso de la muerte a la vida es una “Puerta estrecha”, dice Jesús en el Evangelio

Palabras del Papa ( 5 minutos) mp3

Cuando Jesús enseñaba por los pueblos, una persona de la muchedumbre le preguntó “¿Señor, es verdad que son pocos los que se salvan?”. Entonces Jesús habló de una “Puerta”: “Traten de entrar por la puerta estrecha … ustedes, desde afuera, golpearán la puerta pero él responderá ‘No sé de dónde son ustedes; ¡apártense de mí todos los que hacen el mal!’ (Cfr. Lucas 13,22-30).

Me preguntó y te preguntó ¿cuál es el paso de la muerte a la vida para vos y para mí hoy?

En el Año de la Misericordia la “Puerta santa”, es símbolo del pecado a la Vida plena de los hijos de Dios. Y Francisco, comparó la Puerta santa con la puerta de la ciudad de Naím del Evangelio (cfr. Lucas 7, 11-17), donde Jesús encontró a la viuda que salía al cementerio con su hijo único muerto, se compadeció y se lo resucitó. “Al pasar por la Puerta de la Misericordia, recordemos el episodio del Evangelio, sucedido en la puerta de Naím… -dijo el Papa en la catequesis del 10 de agosto de 2016-, cruzando el umbral realizamos nuestra peregrinación hacia la misericordia de Dios que, como al joven muerto, repite a todos: “Yo te lo ordeno, levántate” Al cruzar la Puerta Santa, tratemos de sentir en nuestro corazón esta palabra: “Levántate”. La palabra poderosa de Jesús puede levantarnos y obrar también en nosotros el paso de la muerte a la vida”.

Quizá la Puerta estrecha de hoy para vos y para mí es pasar la Puerta santa de la diócesis, después de un buen examen de conciencia, una confesión sacramental sincera, cumplir la penitencia y vivir el propósito de enmienda en el amor a Dios y al prójimo como a nosotros mismos. @jesuitaGuillo

21 de Agosto – XXI Domingo del Tiempo Ordinario /C

Evangelio según san Lucas (Lc 13,22-30)

n aquel tiempo, Jesús iba enseñando por ciudades y pueblos, mientras se encaminaba a Jerusalén. Alguien le preguntó: “Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?”

Jesús le respondió: “Esfuércense en entrar por la puerta, que es angosta, pues yo les aseguro que muchos tratarán de entrar y no podrán. Cuando el dueño de la casa se levante de la mesa y cierre la puerta, ustedes se quedarán afuera y se pondrán a tocar la puerta, diciendo: ‘¡Señor, ábrenos!’ Pero él les responderá: ‘No sé quiénes son ustedes’.

Entonces le dirán con insistencia: ‘Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas’. Pero él replicará: ‘Yo les aseguro que no sé quiénes son ustedes. Apártense de mí todos ustedes los que hacen el mal’. Entonces llorarán ustedes y se desesperarán, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes se vean echados fuera.

Vendrán muchos del oriente y del poniente, del norte y del sur, y participarán en el banquete del Reino de Dios. Pues los que ahora son los últimos, serán los primeros; y los que ahora son los primeros, serán los últimos”.

14 de Agosto – Domingo XX del Tiempo Ordinario /C

Evangelio según san Lucas (Lc 12,49-53)

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “He venido a traer fuego a la tierra, ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo, ¡y cómo me angustio mientras llega!
¿Piensan acaso que he venido a traer paz a la tierra? De ningún modo. No he venido a traer la paz, sino la división. De aquí en adelante, de cinco que haya en una familia, estarán divididos tres contra dos y dos contra tres. Estará dividido el padre contra el hijo, el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra”.

El Santo Cristo de La Grita y el quiebre de la tradición cuatricentenaria

José Pascual Mora García – La Nación, 6 de Agosto 2016 – Opinión.

La tradición del Santo Cristo de La Grita nunca debió salir de su lugar originario. En 400 años fue La Grita el centro de gravedad y el cultivo de los andamios mentales religiosos. Nunca debió desplazarse a una tierra aledaña, por la razón que fuera. Nada justifica semejante profanación. Solo nos pasa a un pueblo antihistórico como el venezolano.
El ejemplo más memorable de respeto a la tradición es el templo en Santiago de Compostela (Galicia),  con más de 1.000 años, y nunca Santiago ha sido profanado ni trasladado fuera del templo milenario. Incluso es más complicado porque la tradición enseña que se debe dar el abrazo al apóstol en el altar mayor. Como en efecto lo pude realizar el Xacobeo 2004. Y los fieles pasan en orden, sin menoscabo del tiempo de espera. El gran botafumeiro es un espectáculo que solo se realiza extraordinariamente.
Y con millares de peregrinos de Europa, Asia y América, el camino de Santiago se recorre por más de 800 kilómetros, pero siempre hay orden para que se cumpla con el precepto de las promesas.
Nunca la polilla de la política utilizó la sagrada imagen para beneficio de un sector.
Así lo pude testimoniar cuando asistí en el año 2004 al Xacobeo. La reina de España, doña Sofía  caminó los últimos 5 kilómetros entre los fieles, con normalidad y sin mayores contratiempos estuvo en la misa central.
En cambio, con tristeza podemos constatar que la tradición cuatricentenaria en homenaje a la sagrada imagen del Santo Cristo de La Grita ahora sirve para un espectáculo político.
Hace días se suscitó una puja de los sectores, según testimonio de la periodista Lorena Arraiz, al intentar colocar una valla del partido oficialista en plena entrada del “Santuario” que sirve de cobijo a la imagen cuatricentenaria. La profanación ha sido sistemática.  Se inició trasladando la imagen al estadio de La Grita, donde una llamada serenata hasta el amanecer, en medio del licor y actos no santos, se conjugaban con el sentimiento adolorido de los piadosos fieles ante la sagrada imagen.
Incluso gracias a la resistencia de los fieles de La Grita se pudo parar el traslado definitivo hace un par de años.
De niño fui monaguillo de la Iglesia del Santo Cristo y como historiador de carrera realicé mi tesis doctoral en historia sobre la mentalidad religiosa y la Cofradía, que se remonta a los tiempos de la Colonia. Y constatamos, con documentos en mano, que siempre la imagen reposó en La Grita, luego de su portentosa recreación en Tadea.
Ayer me envió un audio el cronista eterno de La Grita, don Néstor Melani y, tras su narración, nos recuerda que la imagen ahora es patrimonio nacional, según decreto del entonces presidente Hugo Chávez.
Pero, en descargo, debo decir que solo ha servido para profanar la memoria religiosa de La Grita,  que ahora se turnan los políticos para medir sus fuerzas en las masas.
Nada tiene que ver ese decreto en una tradición que es de suyo patrimonio de la humanidad, y reconocida por el Vaticano desde que Mons. Jáuregui, en el siglo XIX, presentara los estatutos como archicofradía.
Un pueblo sin memoria es un pueblo fugaz, decía Mario Briceño Iragorry. (José Pascual Mora García)

* Presidente de la Red de Historia Latinoamericana SHELA

Cantaremos . XIX Domingo del Tiempo Ordinario /C

La sabiduría de la vigilancia

III.1. El evangelio de Lucas nos ofrece aquí una serie de elementos que están en el Sermón de la Montaña, en Mateo, y un conjunto de parábolas (los criados que esperan a que su amo vuelva de unas bodas, el amo que vigila su casa por si llega un ladrón, y el administrador fiel al que se le ha confiado repartir el trigo) sobre la vigilancia y la fidelidad al Señor. La exhortación primera, que concluye con el dicho “donde está vuestro tesoro, allí está vuestro corazón”, es toda una llamada a la comunidad sobre el comportamiento en este mundo con respecto a las riquezas. Lucas es un evangelista que cuida, más que ningún otro, este aspecto tan determinante de la vida social y económica, porque escribía en una ciudad (Éfeso o Corinto) donde los cristianos debían tomar postura frente a la injusticia y la división de clases.

III.2. El dicho del tesoro y el corazón es un dicho popular que encierra mucha sabiduría de siglos. Pero es propio de estos dichos (el llamado “Evangelio Q” como algunos lo llaman actualmente) poner de manifiesto la radicalidad sapiencial y escatológica que se vivió en aquellos momentos. Si bien es verdad que el rigor apocalíptico ya no es determinante, sí lo es el sentido que mantienen estas palabras. Vigilar, ahora, ya no es estar preocupados por el fin del mundo, sino estar preocupados por no poner nuestro corazón en los poderes y las riquezas. Son dichos para comprometerse en nuestro mundo, aunque sin perder la perspectiva del mundo futuro.

III.3. Lucas sitúa esto en el programa de buscar el Reino de Dios, pidiendo y exigiendo al cristiano no desear las mismas cosas que desean y tienen los poderosos de este mundo. El Reino exige otros comportamientos. Así, pues, las parábolas sobre la vigilancia y la fidelidad vienen a ser como el comentario a esa actitud. Es una llamada a la responsabilidad en todos los órdenes, pero especialmente la responsabilidad de saberse en la línea de que la vida tiene una dimensión espiritual, trascendente, sabiendo que hay que ponerse en las manos de Dios. Eso no es una huida de lo que hay que hacer en este mundo; pero, por otra parte, tampoco ignorando que nos espera Alguien que un día se ceñirá para servirnos si le hemos sido fieles. Ése de quien habla Jesús en la parábola, es Dios. Nosotros, mientras, administramos, trabajamos, ayudamos a los más pobres y necesitados, como una responsabilidad muy importante que se nos ha otorgado.

Fray Miguel de Burgos Núñez
Lector y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

CANTAREMOS:

      • El Señor nos llama y nos reúne ……………………………….. 272
        • Señor ten piedad – Gloria
        • Aleluya – Antífona
        • Te vengo a ofrecer
        • Santo – Padre nuestro
        • La Paz – Cordero de Dios
      • Vaso nuevo …………………………………………………………… 221
      • Tan cerca de mi …………………………………………………….  193
      • Alabaré ………………………………………………………………..   17

7 de Agosto – Domingo XIX del Tiempo Ordinario /C

Evangelio según san Lucas (Lc 12,32-48)

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No temas, rebañito mío, porque tu Padre ha tenido a bien darte el Reino. Vendan sus bienes y den limosnas. Consíganse unas bolsas que no se destruyan y acumulen en el cielo un tesoro que no se acaba, allá donde no llega el ladrón, ni carcome la polilla. Porque donde está su tesoro, ahí estará su corazón.

Estén listos, con la túnica puesta y las lámparas encendidas. Sean semejantes a los criados que están esperando a que su señor regrese de la boda, para abrirle en cuanto llegue y toque. Dichosos aquellos a quienes su señor, al llegar, encuentre en vela. Yo les aseguro que se recogerá la túnica, los hará sentar a la mesa y él mismo les servirá. Y si llega a medianoche o a la madrugada y los encuentra en vela, dichosos ellos.

Fíjense en esto: Si un padre de familia supiera a qué hora va a venir el ladrón, estaría vigilando y no dejaría que se le metiera por un boquete en su casa. Pues también ustedes estén preparados, porque a la hora en que menos lo piensen vendrá el Hijo del hombre”.

Entonces Pedro le preguntó a Jesús: “¿Dices esta parábola sólo por nosotros o por todos?” El Señor le respondió: “Supongan que un administrador, puesto por su amo al frente de la servidumbre, con el encargo de repartirles a su tiempo los alimentos, se porta con fidelidad y prudencia. Dichoso este siervo, si el amo, a su llegada, lo encuentra cumpliendo con su deber. Yo les aseguro que lo pondrá al frente de todo lo que tiene. Pero si este siervo piensa: ‘Mi amo tardará en llegar’ y empieza a maltratar a los criados y a las criadas, a comer, a beber y a embriagarse, el día menos pensado y a la hora más inesperada, llegará su amo y lo castigará severamente y le hará correr la misma suerte que a los hombres desleales.

El servidor que, conociendo la voluntad de su amo, no haya preparado ni hecho lo que debía, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, haya hecho algo digno de castigo, recibirá pocos.

Al que mucho se le da, se le exigirá mucho, y al que mucho se le confía, se le exigirá mucho más”.

“Y después, de regreso, a seguir porque esto no se termina el domingo” .Papa Francisco

Palabras del Papa Francisco

Queridos hermanos y hermanas

Al final de esta celebración, deseo unirme a todos ustedes en el agradecimiento a Dios, Padre de infinita misericordia, porque nos ha concedido vivir esta Jornada Mundial de la Juventud. Doy las gracias al Cardenal Dziwisz y al Cardenal Ryłko – infatigable trabajador para esta jornada – y también por las oraciones con las cuales han preparado este evento; y doy las gracias a todos aquellos que han colaborado para su buen desarrollo. Y un inmenso «gracias» a ustedes, queridos jóvenes. Han llenado Cracovia con el entusiasmo contagioso de su fe. San Juan Pablo II ha disfrutado desde el cielo, y los ayudará a llevar por todo el mundo la alegría del Evangelio.

En estos días hemos experimentado la belleza de la fraternidad universal en Cristo, centro y esperanza de nuestra vida. Hemos escuchado su voz, la voz del Buen Pastor, vivo en medio de nosotros. Él ha hablado al corazón de cada uno de ustedes: los ha renovado con su amor, les ha hecho sentir la luz de su perdón, la fuerza de su gracia. Les ha hecho experimentar la realidad de la oración. Ha sido una «oxigenación» espiritual para que puedan vivir y caminar en la misericordia una vez que hayan regresado a sus países y a sus comunidades.

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Cantaremos–XVIII Domingo del Tiempo Ordinario /C

¡Inseguridad y volatilidad de la vida humana!

Vaciedad sin sentido, dice el Predicador, vaciedad sin sentido; todo es vaciedad… La expresión “vanidad de vanidades” es un superlativo; forma inclusión* con Qo 12,8 y constituye el marco natural de todo el libro y su estribillo más repetido. El hébel hebreo designa la vaciedad, la inconsistencia, el sin sentido. El autor somete a crítica a todos los valores antiguos que se consideraban como una bendición: sabiduría, trabajo, salud, riqueza, hacienda, fama, religiosidad, justicia, etc. y concluye que ahí no está la felicidad del hombre. El género literario utilizado es el de diatriba*. El autor de este libro singular dentro de la Sagrada Escritura se mueve entre dos polos importantes: la comprobación reflexiva de la experiencia humana, por una parte; y la profunda fe en Dios por otra. La dialéctica entre estos dos polos explicaría el estilo de diatriba que adopta para componer su obra. La experiencia humana demuestra, con desconcertante tozudez, que está destinada a la muerte. Y la muerte se presenta como un despojo total. Y esto deja al descubierto la dura realidad de que la vida humana es muy frágil, efímera y amenazada constantemente. En el proceso pedagógico de la revelación, el autor invita a tomar en serio la experiencia humana con sus limitaciones y carencias y con sus riquezas, ya que el autor concede ciertas ventajas a la sabiduría, al trabajo diligente, a la riqueza provechosa o a la religiosidad moderada. No consigue la solución definitiva, porque todavía no es el momento. ¿Qué saca el hombre de todo su trabajo y de los afanes con que trabaja bajo el sol? Ante la comprobación desoladora de la realidad, el autor de este libro afirma que el hombre puede disfrutar moderadamente de los bienes que posee, pero siempre bajo la mirada de Dios. En el último capítulo podemos leer: Conclusión del discurso: Todo está oído. Teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque en esto consiste ser hombre. Pues Dios juzgará todas las acciones, incluso las ocultas, para ver si son buenas o malas (Qo 12). La reflexión realizada a lo largo de la misma está dirigida por un valor superior, es decir, el temor de Dios.

CANTAREMOS:

      • Cantando la alegría de vivir ………………………………. 53
        • Señor ten piedad – Gloria
        • Aleluya – Antífona
        • En la patena
        • Santo – Padre nuestro
        • La Paz – Cordero de Dios
      • Con nosotros está ……………………………………………. 45
      • Como el siervo ………………………………………………..  54
      • Si me falta el amor …………………………………………. 178

31 de Julio – XVIII Domingo del Tiempo Ordinario /C

Evangelio según san Lucas (Lc  12,13-21)

En aquel tiempo, hallándose Jesús en medio de una multitud, un hombre le dijo: “Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia”. Pero Jesús le contestó: “Amigo, ¿quién me ha puesto como juez en la distribución de herencias?”

Y dirigiéndose a la multitud, dijo: “Eviten toda clase de avaricia, porque la vida del hombre no depende de la abundancia de los bienes que posea”.

Después les propuso esta parábola: “Un hombre rico obtuvo una gran cosecha y se puso a pensar: ‘¿Qué haré, porque no tengo ya en dónde almacenar la cosecha? Ya sé lo que voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes para guardar ahí mi cosecha y todo lo que tengo. Entonces podré decirme: Ya tienes bienes acumulados para muchos años; descansa, come, bebe y date a la buena vida’. Pero Dios le dijo: ‘¡Insensato! Esta misma noche vas a morir. ¿Para quién serán todos tus bienes?’ Lo mismo le pasa al que amontona riquezas para sí mismo y no se hace rico de lo que vale ante Dios”.