Día: 12 de abril de 2013

Cantaremos – III Domingo de Pascua /C

El título de “Cordero” aplicado a Jesús tiene sus origines en el antiguo testamento. Un signo emblemático en Israel es el cordero pascual, que está unido a la liberación de la esclavitud. El cuarto cántico del siervo de Yahvé de Isaias, lo considera como “cordero llevado al matedero”. Juan Bautista presenta a Jesús, como Cordero de Dios.
El Cordero del Apoclipsis se presenta como un signo Pascual de Jesús.Ha sido “degollado”, pero aparece victorioso en la gran asamblea de los elegidos. Esta asamblea lo aclama con voz potente : “Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, el saber, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza” (Ap 5,12). La asamblea que peregrina por este mundo, hacemos este canto en el honor de Jesús resucitado, el Cordero que ha sido inmolado y ahora vive resucitado por los siglos.(1)
Los cristianos tenemos imágenes muy diferentes de la que tenían de su Maestro los hombres y mujeres que le conocieron. Cada uno de nosotros tiene su propia imagen de Jesús. Desde esa imagen leemos el evangelio, escuchamos lo que nos predican y alimentamos nuestra fe. Si no lo buscamos, si no tratamos de conocerlo mediante el estudio, la reflexión y la meditación, corremos el riesgo de convertir a Cristo en un simple objeto de culto, un ícono sin duda atractivo y venerable, pero carente de aquel espíritu de fuego, de aquella humana ternura que captaron los apóstoles y que lograron percibir las gentes de Galilea, por allá en los años 30. Ojalá los cristianos de hoy logremos poner a Cristo en el centro de nuestro cristianismo, ojalá logremos discernir cuál es el Dios que se encarna y se revela en Jesús. ¡Todo lo demás vendrá por añadidura!. (2)
(1) P. Antonio Danoz, redentorista.
(2) Julie Meucci Martinez.

CANTAREMOS:

  • Vienen con alegría………………………………..219
    • Señor ten piedad-Gloria-Aleluya
    • Antífona
  • Este es el momento…………………………………73
    • Santo-Padre nuestro-La Paz
    • Cordero de Dios
  • Pescador de hombres………………………………128
  • Te conocimos al partir el pan……………………194
  • Viva Cristo …………………………………………….218

14 de Abril – III Domingo de Pascua /C

Evangelio según san Juan (Jn 21,1-19)

En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera:
Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Gemelo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.
Simón Pedro les dice:
– Voy a pescar.
Ellos le respondieron:
–También nosotros vamos contigo.
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no pescaron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no lo reconocieron.
Jesús les dice:
–Muchachos, ¿han pescado algo?
Ellos contestaron:
–No.
Entonces él les dijo:
–Echen la red a la derecha de la barca y encontrarán peces.
Así lo hicieron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro:
–Es el Señor.
Al oir que era el Señor, Simón Pedro, se anudó la túnica a la cintura pues se la había quitado ,y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces.
Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice:
–Traigan los peces que acaban de pescar.
Entonces Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes. Eran ciento cincuenta y tres, y aunque eran tantos, no se rompió la red.
Luego Jesús les dijo:
–Vengan a almorzar.
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor.
Jesús se acerca, toma el pan y se lo da; y lo mismo el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.
Después de almorzar dice Jesús a Simón Pedro:
–Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?
El le contestó:
–Sí, Señor, tú sabes que te quiero.
Jesús le dice:
–Apacienta mis corderos.
Por segunda vez le pregunta:
–Simón, hijo de Juan, ¿me amas?
El le contesta:
–Sí, Señor, tú sabes que te quiero.
El le dice:
–Pastorea mis ovejas.
Por tercera vez le pregunta:
–Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?
Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó:
–Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.
Jesús le dice:
–Apacienta mis ovejas.
Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero cuando seas viejo, extenderás los brazos y otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.
Esto se lo dijo para indicarle con que género de muerte habría de glorificar a Dios. Después le dijo:
–Sígueme.