17 de Noviembre. XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario /C.

Evangelio según san Lucas (LC 21,15-19)

En aquel tiempo, como algunos algunos ponderaban la solidez de la construcción del templo y la belleza de las ofrendas, Jesús les dijo:
–Días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando: todo será destruido.
Entonces  le preguntaron:
–Maestro, ¿cuándo va a a ocurrir esto, y cuál será la señal de que todo eso está a punto de suceder?
El les respondió:
–Cuídense de que  nadie los engañe, porque muchos vendrán usurpando mi nombre y dirán: «Yo soy el Mesías, el tiempo ha llegado» , pero no les hagan caso. Cuando oigan  hablar de guerras y revoluciones, que no los domine el pánico.
Porque eso tiene que ocurrir pero todavía no es el fin.
Luego les dijo:
–Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre.
Aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles.
Pero antes de todo esto los perseguirán y los apresarán; los llevarán a los tribunales y a la cárcel, y los harán comparecer ante reyes y gobernadores por causa de mí. Con esto darán testimonio de mí.
Grábense bien que no tienen que preparar de antemano su defensa: porque yo les daré palabras sabias, a las que no podrá resistir ni contradecir ningún adversario de ustedes.
Los traicionarán hasta sus propios padres ,  parientes,  hermanos, y amigos . Matarán a algunos de ustedes y todos los odiaran por causa  mía.Sin embargo, no caerá ningún cabello de la cabeza de ustedes. Si se mantienen firmes, conseguirán la vida.