Día: 4 de diciembre de 2015

Cantaremos. Domingo II de Adviento /C

El Evangelio de Lucas (3,1-6) nos pide directamente y expresamente a hacer un espacio en nuestro tiempo, en nuestros ritmos, en nuestros estilos y forma de actuar, para que podamos acoger la novedad de Dios.

Este Evangelio menciona a 7 personajes destacados en el tiempo de Jesús que han construido un contexto terrible : Tiberio simboliza el poder que aplasta personas, Poncio Pilatos, la humillación de la gente, Herodes, aunque lleva nombre de descendiente de héroes, representa la mentira y falsedad, Filipo, el constructor que desangra los pobres, Lisanio, la ausencia, Anás, el nepotismo y Caifás, la adulación que hace juego al poder (Cf. Rovira Belloso)

Todos estos personajes han tenido en sus manos las posibilidades de hacer cosas buenas y grandes en beneficio de los demás y, sin embargo, se han dedicado a cansar a la gente, a explotarla, incluso a burlarla. No prepararon ningún camino. Su gestión ahogó toda esperanza. Queda pues muy lejos de ellos el lugar de la actuación de Dios.

En medio de este contexto de miedo, ruina, desafueros y sombrío, aparece la palabra de Dios con su luz para invitar y animar a hacer caminos nuevos, caminos de salvación. Por eso, en contraposición a lo que produce tanto dolor y miseria, aparece Juan Bautista en el desierto con su figura simple y sencilla para abrir paso a la novedad de Dios, al adviento, al futuro.

Donde se derrumba la esperanza y la vida parece perderse, aparece justamente el desierto como el lugar de la escucha de la Palabra de Dios. A partir del desierto, Juan Bautista no cesa de invitar a que preparemos el camino al Señor, para que recibamos la salvación que se aproxima. Pero hace falta cambiar. La salvación de Dios pasa por la conversión personal y colectiva. Se necesita cambiar en lo más íntimo de cada quien y que tal cambio se traduzca en compromiso por el bienestar de los demás.

Que nos atrevamos a mirar la vida con ojos nuevos, a amar con corazón de carne y no de piedra, a pensar y razonar con una mente abierta que abandone ídolos. Y que nuestra conversión nos coloque de cara al horizonte que señala Dios.

P. Gustavo Albarrán, sj (Pan diario de la palabra Nº 265, pag 25-26)

CANTAREMOS:

      • Dios camina con su pueblo ……………………………………… 235
        • Preparad el camino
      • Oh Emmanuel del mundo ……………………………………….. 366
      • Un pueblo que camina ……………………………………………. 207
      • Ven Salvador ………………………………………………………… 215

6 de Diciembre – Domingo II de Adviento /C

Evangelio según san Lucas (Lc 3,1-6)

En el año décimo quinto del reinado del César Tiberio, siendo Poncio Pilato procurador de Judea; Herodes, tetrarca de Galilea; su hermano Felipe tetrarca de Iturea y Traconítide; y Lisanias tetrarca de Abilene; bajo el pontificado de los sumos sacerdotes Anás y Caifás, vino la Palabra de Dios en el desierto sobre Juan, hijo de Zacarías.
Entonces comenzó a recorrer toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de penitencia para el perdón de los pecados, como está escrito en el libro de las predicciones del Profeta Isaías:
«Ha resonado una voz en el desierto:
Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos. 
Todo valle será rellenado, toda montaña y colina, rebajada;
lo tortuoso se hará derecho, los caminos ásperos serán allanados 
y todos los hombres verán la salvación de Dios.»