Día: 6 de agosto de 2016

El Santo Cristo de La Grita y el quiebre de la tradición cuatricentenaria

José Pascual Mora García – La Nación, 6 de Agosto 2016 – Opinión.

La tradición del Santo Cristo de La Grita nunca debió salir de su lugar originario. En 400 años fue La Grita el centro de gravedad y el cultivo de los andamios mentales religiosos. Nunca debió desplazarse a una tierra aledaña, por la razón que fuera. Nada justifica semejante profanación. Solo nos pasa a un pueblo antihistórico como el venezolano.
El ejemplo más memorable de respeto a la tradición es el templo en Santiago de Compostela (Galicia),  con más de 1.000 años, y nunca Santiago ha sido profanado ni trasladado fuera del templo milenario. Incluso es más complicado porque la tradición enseña que se debe dar el abrazo al apóstol en el altar mayor. Como en efecto lo pude realizar el Xacobeo 2004. Y los fieles pasan en orden, sin menoscabo del tiempo de espera. El gran botafumeiro es un espectáculo que solo se realiza extraordinariamente.
Y con millares de peregrinos de Europa, Asia y América, el camino de Santiago se recorre por más de 800 kilómetros, pero siempre hay orden para que se cumpla con el precepto de las promesas.
Nunca la polilla de la política utilizó la sagrada imagen para beneficio de un sector.
Así lo pude testimoniar cuando asistí en el año 2004 al Xacobeo. La reina de España, doña Sofía  caminó los últimos 5 kilómetros entre los fieles, con normalidad y sin mayores contratiempos estuvo en la misa central.
En cambio, con tristeza podemos constatar que la tradición cuatricentenaria en homenaje a la sagrada imagen del Santo Cristo de La Grita ahora sirve para un espectáculo político.
Hace días se suscitó una puja de los sectores, según testimonio de la periodista Lorena Arraiz, al intentar colocar una valla del partido oficialista en plena entrada del “Santuario” que sirve de cobijo a la imagen cuatricentenaria. La profanación ha sido sistemática.  Se inició trasladando la imagen al estadio de La Grita, donde una llamada serenata hasta el amanecer, en medio del licor y actos no santos, se conjugaban con el sentimiento adolorido de los piadosos fieles ante la sagrada imagen.
Incluso gracias a la resistencia de los fieles de La Grita se pudo parar el traslado definitivo hace un par de años.
De niño fui monaguillo de la Iglesia del Santo Cristo y como historiador de carrera realicé mi tesis doctoral en historia sobre la mentalidad religiosa y la Cofradía, que se remonta a los tiempos de la Colonia. Y constatamos, con documentos en mano, que siempre la imagen reposó en La Grita, luego de su portentosa recreación en Tadea.
Ayer me envió un audio el cronista eterno de La Grita, don Néstor Melani y, tras su narración, nos recuerda que la imagen ahora es patrimonio nacional, según decreto del entonces presidente Hugo Chávez.
Pero, en descargo, debo decir que solo ha servido para profanar la memoria religiosa de La Grita,  que ahora se turnan los políticos para medir sus fuerzas en las masas.
Nada tiene que ver ese decreto en una tradición que es de suyo patrimonio de la humanidad, y reconocida por el Vaticano desde que Mons. Jáuregui, en el siglo XIX, presentara los estatutos como archicofradía.
Un pueblo sin memoria es un pueblo fugaz, decía Mario Briceño Iragorry. (José Pascual Mora García)

* Presidente de la Red de Historia Latinoamericana SHELA

Cantaremos . XIX Domingo del Tiempo Ordinario /C

La sabiduría de la vigilancia

III.1. El evangelio de Lucas nos ofrece aquí una serie de elementos que están en el Sermón de la Montaña, en Mateo, y un conjunto de parábolas (los criados que esperan a que su amo vuelva de unas bodas, el amo que vigila su casa por si llega un ladrón, y el administrador fiel al que se le ha confiado repartir el trigo) sobre la vigilancia y la fidelidad al Señor. La exhortación primera, que concluye con el dicho “donde está vuestro tesoro, allí está vuestro corazón”, es toda una llamada a la comunidad sobre el comportamiento en este mundo con respecto a las riquezas. Lucas es un evangelista que cuida, más que ningún otro, este aspecto tan determinante de la vida social y económica, porque escribía en una ciudad (Éfeso o Corinto) donde los cristianos debían tomar postura frente a la injusticia y la división de clases.

III.2. El dicho del tesoro y el corazón es un dicho popular que encierra mucha sabiduría de siglos. Pero es propio de estos dichos (el llamado “Evangelio Q” como algunos lo llaman actualmente) poner de manifiesto la radicalidad sapiencial y escatológica que se vivió en aquellos momentos. Si bien es verdad que el rigor apocalíptico ya no es determinante, sí lo es el sentido que mantienen estas palabras. Vigilar, ahora, ya no es estar preocupados por el fin del mundo, sino estar preocupados por no poner nuestro corazón en los poderes y las riquezas. Son dichos para comprometerse en nuestro mundo, aunque sin perder la perspectiva del mundo futuro.

III.3. Lucas sitúa esto en el programa de buscar el Reino de Dios, pidiendo y exigiendo al cristiano no desear las mismas cosas que desean y tienen los poderosos de este mundo. El Reino exige otros comportamientos. Así, pues, las parábolas sobre la vigilancia y la fidelidad vienen a ser como el comentario a esa actitud. Es una llamada a la responsabilidad en todos los órdenes, pero especialmente la responsabilidad de saberse en la línea de que la vida tiene una dimensión espiritual, trascendente, sabiendo que hay que ponerse en las manos de Dios. Eso no es una huida de lo que hay que hacer en este mundo; pero, por otra parte, tampoco ignorando que nos espera Alguien que un día se ceñirá para servirnos si le hemos sido fieles. Ése de quien habla Jesús en la parábola, es Dios. Nosotros, mientras, administramos, trabajamos, ayudamos a los más pobres y necesitados, como una responsabilidad muy importante que se nos ha otorgado.

Fray Miguel de Burgos Núñez
Lector y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

CANTAREMOS:

      • El Señor nos llama y nos reúne ……………………………….. 272
        • Señor ten piedad – Gloria
        • Aleluya – Antífona
        • Te vengo a ofrecer
        • Santo – Padre nuestro
        • La Paz – Cordero de Dios
      • Vaso nuevo …………………………………………………………… 221
      • Tan cerca de mi …………………………………………………….  193
      • Alabaré ………………………………………………………………..   17

7 de Agosto – Domingo XIX del Tiempo Ordinario /C

Evangelio según san Lucas (Lc 12,32-48)

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No temas, rebañito mío, porque tu Padre ha tenido a bien darte el Reino. Vendan sus bienes y den limosnas. Consíganse unas bolsas que no se destruyan y acumulen en el cielo un tesoro que no se acaba, allá donde no llega el ladrón, ni carcome la polilla. Porque donde está su tesoro, ahí estará su corazón.

Estén listos, con la túnica puesta y las lámparas encendidas. Sean semejantes a los criados que están esperando a que su señor regrese de la boda, para abrirle en cuanto llegue y toque. Dichosos aquellos a quienes su señor, al llegar, encuentre en vela. Yo les aseguro que se recogerá la túnica, los hará sentar a la mesa y él mismo les servirá. Y si llega a medianoche o a la madrugada y los encuentra en vela, dichosos ellos.

Fíjense en esto: Si un padre de familia supiera a qué hora va a venir el ladrón, estaría vigilando y no dejaría que se le metiera por un boquete en su casa. Pues también ustedes estén preparados, porque a la hora en que menos lo piensen vendrá el Hijo del hombre”.

Entonces Pedro le preguntó a Jesús: “¿Dices esta parábola sólo por nosotros o por todos?” El Señor le respondió: “Supongan que un administrador, puesto por su amo al frente de la servidumbre, con el encargo de repartirles a su tiempo los alimentos, se porta con fidelidad y prudencia. Dichoso este siervo, si el amo, a su llegada, lo encuentra cumpliendo con su deber. Yo les aseguro que lo pondrá al frente de todo lo que tiene. Pero si este siervo piensa: ‘Mi amo tardará en llegar’ y empieza a maltratar a los criados y a las criadas, a comer, a beber y a embriagarse, el día menos pensado y a la hora más inesperada, llegará su amo y lo castigará severamente y le hará correr la misma suerte que a los hombres desleales.

El servidor que, conociendo la voluntad de su amo, no haya preparado ni hecho lo que debía, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, haya hecho algo digno de castigo, recibirá pocos.

Al que mucho se le da, se le exigirá mucho, y al que mucho se le confía, se le exigirá mucho más”.