Mes: enero 2019

Lectura Bíblica . Lucas (1, 1-4; 4, 14-21): La fuerza liberadora del evangelio

III.3. El relato de la sinagoga de Nazaret, lo que leemos hoy (4,14-21) es una construcción muy particular de Lucas; una de las escenas programáticas del tercer evangelista que quiere marcar pautas bien definidas de quién es Jesús y lo que vino a hacer entre los hombres. Eso no quiere decir que la escena no sea histórica, pero está retocada por activa y por pasiva por nuestro autor para lograr sus objetivos. Es el programa del profeta de Galilea que viene a su pueblo, Nazaret y desde la sinagoga, lugar de la proclamación de la palabra de Dios, lanzar un mensaje nuevo. Por ello, el mensaje que nos propone Lucas sobre lo que Jesús pudo decir en Nazaret y en las otras sinagogas se inspira en textos bien precisos (Is 61,1-2; 58,6) que hablan de la buena nueva para los ciegos, cojos, pobres, excluidos o condenados de cualquier raza o condición.

III.4. Resaltemos, pues, que el texto que se lee en la sinagoga,-el que le interesa citar a Lucas-, es un texto profético, aunque también se leía y proclamaba la Ley (había una lectura continua que se conoce como parashâh). El cristianismo, -no olvidemos la primera lectura de hoy-, encuentra su fuente de inspiración más en las palabras de los profetas que en las tradiciones jurídicas del Pentateuco (halaka). Esto no lo podemos ignorar a la hora de entender y actualizar un texto como este que Lucas ha construido sobre la predicación de Jesús en la sinagoga de Nazaret. Jesús era un profeta y el pueblo lo veía como tal. Es eso lo que Lucas quiere subrayar en primer lugar y por eso ha “empalmado dos textos de Isaías para ajustar su mensaje liberador y de gracia.

III.5. Incluso se va más allá, ya que Jesús, como profeta definitivo, corrige las mismas experiencias de los profetas del Antiguo Testamento. En esos textos citados por Lucas se hace caso omiso de la ira de Dios contra aquellos que no pertenecen al pueblo de Israel. Dios, pues, el Dios de Jesús, no ama a un pueblo excluyendo a los otros, sino que su proyecto es un proyecto universal de salvación para todos los hombres. Por eso su mensaje es evangelio, buena nueva. Así concluye el mensaje fundamental del evangelio de este domingo, aunque la escena es mucho más compleja y determinante (no obstante, la continuación de la misma se guarda como lectura evangélica para el próximo domingo). Lo importante está dicho: en Galilea, Jesús profeta, rompiendo el silencio de Nazaret, nos trae la buena nueva a todos los que la anhelamos, aunque seamos pecadores. Nadie está excluido de la salvación de Dios.

Fray Miguel de Burgos NúñezFray Miguel de Burgos Núñez
Maestro y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

27 de Enero 2019 – III Domingo del Tiempo Ordinario/C

Evangelio según san Lucas (Lc 1,1-4,4,14-21)

Muchos han tratado de escribir la historia de las cosas que pasaron entre nosotros, tal y como nos las trasmitieron los que las vieron desde el principio y que ayudaron en la predicación. Yo también, ilustre Teófilo, después de haberme informado minuciosamente de todo, desde sus principios, pensé escribírtelo por orden, para que veas la verdad de lo que se te ha enseñado.

(Después de que Jesús fue tentado por el demonio en el desierto), impulsado por el Espíritu, volvió a Galilea. Iba enseñando en las sinagogas; todos lo alababan y su fama se extendió por toda la región. Fue también a Nazaret, donde se había criado. Entró en la sinagoga, como era su costumbre hacerlo los sábados, y se levantó para hacer la lectura. Se le dio el volumen del profeta Isaías, lo desenrolló y encontró el pasaje en que estaba escrito: El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva, para anunciar la liberación a los cautivos y la curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor.


Enrolló el volumen, lo devolvió al encargado y se sentó. Los ojos de todos los asistentes a la sinagoga estaban fijos en él. Entonces comenzó a hablar, diciendo: “Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír”.

Comentario Bíblico. 20 de Enero, II Domingo del Tiempo Ordinario/C

III.3. La teología del evangelio de Juan quiere poner de manifiesto, a la vez, varias cosas que solamente pueden ser comprendidas bajo el lenguaje no explícito de los signos. Jesús y su madre llegan por caminos distintos a estas bodas; falta vino en unas bodas, lo que es inaudito en una celebración de este tipo, porque desprestigia al novio; la madre (no se nos dice su nombre en todo en relato, ni en todo el evangelio) y Jesús mantienen un diálogo decisivo, cuando solamente son unos invitados; incluso las tinajas para la purificación (eran seis y no siete) estaban vacías. Son muchos vacíos, muchas carencias y sin sentidos los de esta celebración de bodas. El “milagro” se hace presente de una forma sencilla: primero por un diálogo entre la madre y Jesús; después por la “palabra” de Jesús que ordena “llenar” las tinajas de unos cuarenta litros cada una.

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Cantaremos. II Domingo del Tiempo Ordinario /C

Jesús inaugura una religión de vida

         Después de Navidad y Epifanía, y antes de llegar a la Cuaresma, se intercala un tiempo intermedio, en la liturgia de los domingos, que se toma del tiempo común en el que se siguen las lecturas del Ciclo C. Pero en realidad este “segundo domingo” siempre ha sido un domingo de transición que ha tenido como marco los capítulos primeros del evangelio de Juan, que es leído, normalmente, en los tres ciclos, durante el tiempo de Cuaresma y Pascua.

La boda en la que falta el vino simboliza la antigua alianza que va a ser sustituida por la nueva, en la que se dará el vino del Espíritu. Jesús inaugura una nueva relación del hombre con Dios, que no estará mediatizada por la Ley, sino creada por el mismo Espíritu de Dios. Jesús, el nuevo Esposo (1,15.30) o centro de la nueva comunidad humana, anuncia el cambio, que tendrá lugar cuando llegue su hora, la de su muerte-resurrección.

Así leído, descubrimos la hondura y centralidad de este relato. El texto, en el conjunto del evangelio de Juan, significa la obra entera de Jesús, que proclama y posibilita las "bodas" de Dios con el ser humano (que en el Antiguo Testamento se entendían como alianza). Para el evangelista, la nueva alianza se inicia ahora con la vida pública de Jesús; su consumación vendrá en la cruz. Esa será la "hora" de Jesús.

En este evangelio, la obra de Jesús, desde sus mismos comienzos, está revestida de nupcialidad. Por eso, desde el comienzo mismo –desde el "primer signo"- anuncia el cumplimiento: el "nuevo pueblo" vive unas bodas con Dios, en las que el "vino" -la Vida, el Gozo y el Amor- se muestra sabroso y desbordante.

Es comprensible que, desde un nivel "racional" de conciencia, aun reconociendo el carácter simbólico del relato, se lea este texto en clave de dualidad. Dios y la humanidad (la creación) serían "dos entidades" capaces de entrar en relación, pero se seguiría pensando a "Dios" como un ser separado.

Sin embargo, de acuerdo con la vivencia del propio Jesús, tal como queda reflejada en este mismo evangelio, y en sintonía con la percepción no-dual que se va abriendo camino, de un modo cada vez más generalizado, en nuestro momento cultural, y que es expresión de una nuevo nivel de conciencia (transpersonal), emerge una lectura del texto que adquiere una profundidad mayor.

Las "bodas" son el símbolo de lo real. Todo se halla "desposado" con todo, constituyendo una gran Red que se sostiene en la misma interrelación. Todo es divino-humano-cósmico al mismo tiempo. No como realidades sumadas, ni siquiera unidas, sino como expresión no-dual de la Realidad única que en todo se expresa y manifiesta.

El viejo Sutra del corazón nos recuerda que "Vacío es forma, y forma es Vacío". Lo divino y lo humano no son realidades paralelas, sino las "dos caras" –magníficas en su diferencia- de la misma Realidad.

En las "bodas de Caná", el agua puede bien simbolizar la ignorancia en que nos encerramos cuando nos reducimos al ego y a la mente: una ignorancia que es carencia y sufrimiento. El vino, por el contrario, es expresión de la Vida y el Gozo y, como Jesús, accedemos a él en cuanto nos liberamos de nuestra perspectiva egoica (nos desidentificamos de nuestra "identidad" mental), para empezar a percibir nuestra verdadera identidad, no-separada de lo Real. La persona que lo descubre –como si se tratara, dirá Jesús, de "un tesoro en el campo"-, experimenta su existencia llena del "vino" de la Alegría.

CANTAREMOS:

      • Reunidos en el nombre del Señor …………………………………… 159
      • Un día de bodas
      • Por Ti Señor …………………………………………………………………. 134
      • Quién es ese ………………………………………………………………… 145
      • Sólo el amor …………………………………………………………………. 165

20 Enero 2019 – Evangelio según san Juan /C

Evangelio según san Juan (Jn 2,1-11)

En aquel tiempo, hubo una boda en Caná de Galilea, a la cual asistió la madre de Jesús. Éste y sus discípulos también fueron invitados. Como llegara a faltar el vino, María le dijo a Jesús: “Ya no tienen vino”. Jesús le contestó: “Mujer, ¿qué podemos hacer tú y yo? Todavía no llega mi hora”. Pero ella dijo a los que servían: “Hagan lo que él les diga”.

Había allí seis tinajas de piedra, de unos cien litros cada una, que servían para las purificaciones de los judíos. Jesús dijo a los que servían: “Llenen de agua esas tinajas”. Y las llenaron hasta el borde. Entonces les dijo: “Saquen ahora un poco y llévenselo al mayordomo”.

Así lo hicieron, y en cuanto el mayordomo probó el agua convertida en vino, sin saber su procedencia, porque sólo los sirvientes la sabían, llamó al novio y le dijo: “Todo el mundo sirve primero el vino mejor, y cuando los invitados ya han bebido bastante, se sirve el corriente. Tú, en cambio, has guardado el vino mejor hasta ahora”.

Esto que hizo Jesús en Caná de Galilea fue el primero de sus signos. Así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.

Venezuela. Mons. Azuaje: volver a la legitimidad política con una consulta electoral

Vatican NewsGriselda Mutual – Ciudad del Vaticano

2018.09.11 vescovi venezuelaNicolás Maduro juró para un nuevo período presidencial este jueves 10 de enero, mismo día en que la  Organización de Estados Americanos (OEA) acordó “no reconocer la legitimidad del período del régimen de Nicolás Maduro” llamando a que se celebren nuevos comicios “en una fecha cercana” con observación internacional. Japón, por su parte, lamentó la investidura de Maduro por sus dudas sobre la legitimidad del proceso electoral, y la Unión Europea se pronunció lanzando el jueves una declaración en nombre de los 28 países que la componen, lamentando que Maduro hubiera hecho “caso omiso” a un llamado de la organización para la celebración de elecciones democráticas. “La UE insta al Presidente Maduro a que reconozca y respete el papel y la independencia de la Asamblea Nacional, como institución elegida democráticamente, que libere a todos los presos políticos, respete el Estado de Derecho, los derechos humanos y las libertades fundamentales y a que atienda urgentemente las necesidades acuciantes de la población”, se lee en la declaración.

Ya en el día anterior a la juramentación de Maduro el Episcopado Venezolano se pronunció con una exhortación subrayando a su vez la ilegitimidad en origen del nuevo mandato, que ha sido realizado sobre la base de elecciones no democráticas. Entrevista a Monseñor José Luis Azuaje Ayala, Presidente de la CEV:

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La Natividad del Señor

Introducción

La Natividad del Señor está precedida por el tiempo de Adviento, tiempo de preparación para la gran celebración de la presencia de Dios entre nosotros. La Navidad tiene su prolongación en la solemnidad de la Epifanía, que nos invita a salir de nosotros mismos y a hacer pública la experiencia del encuentro personal con el Niño Dios. Esta consideración es lo que fundamenta la verdadera alegría de la Navidad: la presencia de Dios en nuestra vida, en nuestro mundo, en nuestro corazón. Quiera Dios orientar nuestros ojos hacia la verdadera Luz, mover nuestro corazón ante tanto Amor. La Navidad nos invita a todos a la esperanza, a la confianza del triunfo del bien sobre el mal, de la luz sobre la oscuridad.

La historia no se repite, es siempre nueva. Cada año es diferente, cada día es una sorpresa, una nueva gracia de Dios. ¿Quién puede acostumbrarse a la alegría? La alegría es siempre nueva. Así es como se puede deducir del texto evangélico referido a los Magos de Oriente, los que habían visto brillar una estrella juguetona, que parece tener ganas de divertirse con los Magos, pues un poco la ven y después ya no la ven, y de pronto vuelve a lucir para orientarlos hacia donde está el Misterio del Amor de Dios: un Niño, con María, su madre.

Tomemos en serio lo que celebramos: el Amor de Dios, manifestado en la ternura de un recién nacido y ofrecido a nuestra contemplación y adoración en los brazos de una madre, una mujer singular, como lo son todas las mujeres, todas las madres.

Fr. José Mª Viejo Viejo O.P.Fr. José Mª Viejo Viejo O.P.
Convento de La Virgen del Camino (León)

Comentario Bíblico–La Epifanía del Señor.

III.3. Desde el significado de la fiesta de hoy es mucho más iluminador leer el texto sin buscar exageradamente coincidencias históricas. Por eso interesa resalta su tejido midráshico (actualización y adaptación de textos bíblicos). Así podemos ver que nuestro relato ha podido confeccionarse teniendo en cuenta al profeta Balaam (Num24,17), un extranjero llamado por Balaq para maldecir a Israel; pero sucede lo contrario: lo bendice preanunciando la estrella de Jacob, el padre de las tribus. De la misma manera, el texto de Is 60,6 (nuestra primera lectura) con los camellos y dromedarios cargados de dones que vienen a Jerusalén y, no menos, el sentido del Sal 72,10.15 sobre los reyes de tierras lejanas que traen regalos al rey del futuro. La fe de los primeros cristianos tuvo que formularse de esta forma y de esta manera, expresarse simbólicamente. La verdad es que los cristianos aceptaron a Jesús como el Mesías verdadero, el que traería la salvación a todos. No había más remedio que rebuscar en la Escritura para dar sentido a todo ello.

Fray Miguel de Burgos NúñezFray Miguel de Burgos Núñez
Maestro y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

6 de Enero – Homilía Epifanía del Señor /C

Evangelio según san Mateo (Mt 2,1-12)

Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: "¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo".

Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: "En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel".

Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: "Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño y, cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo".

Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.