Mes: agosto 2015

30 de Agosto–XXII Domingo del Tiempo Ordinario /B

Evangelio según san Marcos (Mc 7,7-8.14-15.21-23)

En aquel tiempo se acercó a Jesús los fariseos y algunos escribas venidos de Jerusalén . Viendo que algunos de los discípulos de Jesús comían con las manos impuras ,es decir, sin habérselas lavado, los fariseos y escribas le preguntaron :(Los fariseos, como los demás judíos no comen sin lavarse antes las manos hasta el codo, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y al volver de la plaza no comen sin lavarse antes las manos hasta el codo , y se aferran a otras muchas tradiciones de sus mayores; al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones, y observan muchas otras cosas por tradición, como purificar los vasos, las jarras y las ollas.)
Según eso, los fariseos y los letrados preguntaron a Jesús:
–¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen tus discípulos la tradición de los mayores?
Jesús les contestó:
– Que bien profetizó Isaías de ustedes, hipócritas, cuando escribió:
¡Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. Es inútil el culto que me rinden, porque enseñan doctrinas que no son sino preceptos humanos!
Ustedes dejan a un lado el mandamiento de Dios para aferrarse a las tradiciones de los hombres.
Después Jesús llamó a la gente y les dijo:
–Escúchenme todos y entiéndame. Nada que entre de fuera puede manchar al hombre; lo que si lo mancha es lo que sale de dentro; porque del corazón del hombre salen las intenciones malas, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, las codicias, las injusticias, los fraudes, el desenfreno, la envidia, la difamación, el orgullo, la frivolidad. Todas estas maldades salen de dentro y manchan al hombre.

Cantaremos. 23 de Agosto. XXI Domingo del Tiempo Ordinario /B

Cuando Jesús anunció su proyecto eucarístico, de quedarse entre los suyos  convirtiéndose en alimento espiritual, ni siquiera sus íntimos lo entendieron. El desconcierto hizo presa de todos… Esta crisis a lo mejor sigue viva entre los cristianos. Necesitamos plantearnos la pregunta: ¿Creemos o no creemos en el Señor?….. La fe es un don gratuito que recibimos en el Bautismo, es un regalo vivo que debe crecer;  en la medida en que nosotros lo hagamos crecer, debe desarrollarse y dar frutos, si no, simplemente  vegeta y se hace estéril.

El anuncio de Cafarnaún se hace realidad en la Cena de despedida. Jesús sabía que tenía a su lado hombres que estaban  habituados por la vida del culto del Antiguo Testamento, a leer los símbolos y a percibir las verdades a través de las acciones y de los gestos, Por eso presuponemos que en los que escucharon a Jesús no hubo una inclinación a interpretar sus palabras metafóricamente, sino  en un sentido material y real. Por eso el escándalo en Cafarnaún fue colosal..!

Cuando aquél grupo de seguidores del Señor comenzó a disminuir, Él no se irritó. A lo largo de los años la historia se repite y también nosotros debemos definirnos: pertenecer a su Iglesia  significa optar por Él.  Es pues necesario transformarnos en verdaderos discípulos, convirtiéndonos en hombres y mujeres que viven de su palabra y de su eucaristía.

CANTAREMOS:

      • Que alegría cuando me dijeron ……………………………………… 161
        • Señor ten piedad – Gloria
        • Aleluya – Antífona
      • Este pan y vino …………………………………………………………….  91
        • Santo – Padre nuestro
        • La Paz – Cordero de Dios
      • Quién es ese ………………………………………………………………. 145
        • Si yo no tengo amor
      • Sólo el amor ………………………………………………………………. 166

23 de Agosto – Domingo XXI del Tiempo Ordinario /B

Evangelio según san Juan (Jn 6,55.60-60-69)

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida”. Al oír sus palabras muchos discípulos de Jesús dijeron:
–Este modo de hablar es intolerable, ¿quién puede admitir eso?
Dándose cuenta Jesús que sus discípulos murmuraban les dijo:
–¿Esto los escandaliza?, ¿Qué sería si vierais al Hijo del Hombre subir a donde estaba antes? El espíritu es quien da vida; la carne para nada aprovecha. Las palabras que les he dicho son espíritu y vida, y a pesar de esto algunos de ustedes no creen.
Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo habría de traicionar. Después añadió:
–Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede.
Desde entonces muchos de sus discípulos suyos se echaron para atrás y ya no querían andar con él.
Entonces Jesús les dijo a los Doce:
–¿También ustedes quieren dejarme?
Simón Pedro le respondió:
–Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna; y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.

Cantaremos. XVIII Domingo del Tiempo Ordinario /B

Después de la multiplicación de los panes, Jesús se retira, se aleja porque sabe que quieren hacerlo rey. La gente busca entusiasmada a Jesús no porque han descubierto en Él el a Dios, sino porque piensan haber encontrado  a aquél que encarna el poder mesiánico con el que todos sueñan, el Mesías que les asegura el alimento diario, el guerrero que acabará con el poder de Roma.

Jesús entabla un diálogo con ellos y los invita a buscar a Dios desinteresadamente aceptando con una mirada de fe, el verdadero alimento que Él les ofrece, del cual,  el que acaban de comer,  no es más que una prefiguración.

Jesús emplaza a la turba a buscar el alimento que perdura y les asegura que Él es el Pan verdadero bajado del cielo. Jesús los pone frente al espejo de la propia miseria y del interés humano. La gente busca privilegios y con  frecuencia se pone el ropaje "de ocasión", con tal de satisfacer sus ambiciones. De esta manera cambian con frecuencia de lealtades…….. Jesús rechaza ese seguimiento interesado, esa devoción nacida del miedo y la angustia. Jesús sabe muy bien que ese entusiasmo durará tanto cuanto apremie la necesidad y su lealtad siempre andará en busca del mejor postor. Esa es la que podríamos llamar "la devoción del hambre" , que pasará en cuando se calme la necesidad  o en cuanto se cesen la provisiones.   Jesús busca fieles de fe que quieran saciar al hambre profunda del alma.

"Yo soy el Pan de Vida" dice Jesús. "El que venga a mi, no pasará más hambre". Jesús es el proyecto de Dios para alimentarnos en esta dura travesía de la vida.

CANTAREMOS:

      • Que alegría cuando me dijeron ……………………………………….. 151
        • Señor ten piedad – Gloria
        • Aleluya – Antífona
      • Este pan y vino ………………………………………………………………. 91
        • Santo – Padre nuestro
        • La Paz – Cordero de Dios
      • Te conocimos al partir el pan ………………………………………….. 191
      • Tan cerca de mi ……………………………………………………………. 193
      • Viva Cristo ……………………………………………………………………. 218

2 de Agosto – XVIII Domingo del Tiempo Ordinario /B

Evangelio según san Juan (Jn 6,24-35)

En aquel tiempo, cuando la gente vio que en aquella parte del lago no estaban Jesús ni sus discípulos, se embarcaron y fueron a Cafarnaún para buscar a Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron:
–Maestro, ¿cuándo llegaste acá?
Jesús les contestó:
–Yo les aseguro que ustedes no me andan buscando por haber visto señales milagrosas, sino por haber comido de aquellos panes hasta saciarse.
No trabajen por ese alimento que se acaba, sino por el alimento que dura para la  vida eterna y que les dará el Hijo del Hombre; porque a éste el Padre Dios lo ha marcado con su sello. Ellos le dijeron:
–¿Qué necesitamos para llevar a cabo las obras de Dios ?
Respondió Jesús:
–La obra de Dios consiste en que crean en aquel a quien él ha enviado.
Entonces la gente le preguntó a Jesús:
–¿Qué señal  vas a realizar tú, para que la veamos y podamos creerte? ¿Cuales son tus obras? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: «Les dio a comer pan del cielo».
Jesús les respondió:
–Yo les aseguro: no fue Moisés quien les dio pan del cielo; es mi Padre quien les da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que baja del cielo y da la vida al mundo.
Entonces le dijeron:
–Señor, danos siempre de ese pan.
Jesús les contestó:
–Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed.