Cantaremos. 21 de Abril, IV Domingo de Pascua /C

Jesús paseaba por el pórtico de Salomón. Era un lugar muy frecuentado por la gente. Un grupo de judíos se agrupan alrededor de Jesús y lo acosan con sus preguntas. Jesús los enfrenta porque no lo aceptan. Concretamente les dice: “Ustedes no creen porque no son de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco; ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna”.
Jesús no presiona, solamente llama. El seguimiento depende de cada uno de nosotros. Esta es la gran decisión del cristiano. El contrasentido está en pretender ser cristiano sin seguirlo.

El primer paso para seguirlo es la fe, no en una doctrina, ni en unos ritos, sino en Él. Para llegar a esto hay que comenzar por escucharlo. No creemos en “algo” sobre Jesús, sino en Él. Cuando el seguimiento no es vital, quedamos a merced de creencias, de obligaciones y de libretos rituales que nos arrinconan en una religiosidad de rutinas, pero carentes de conocimiento del Pastor: “Mis ovejas me conocen a mí y yo las conozco a ellas”. Somos víctimas de una lluvia abrumadora de palabras…y no logramos la capacidad de escuchar, porque no la cultivamos.

El mundo moderno nos ha absorvido con sus ruidos y parece que no podemos vivir sin ellos, ni siquiera para los momentos de oración. Razón tuvo Rahner al decir que “el cristiano del futuro será un místico o no será cristiano”. Y es que la espiritualidad del futuro -que es ya- no se apoyará en una convicción pública, sino en la experiencia del encuentro personal. La escucha sincera de Dios que ilumina nuestra soledad interior, es lo que realmente nos da el sentido. Es ese el hombre, al que según S. Pablo nadie puede juzgar.

CANTAREMOS:

  • Que alegría…………………………………….151
    • Señor ten piedad-Gloria-Aleluya
    • Antífona
  • Una espiga……………………………………..205
    • Santo-Padre nuestro-La Paz
    • Cordero de Dios
  • Señor Dios nuestro…………………………….169
  • El Señor resucitó……………………………….286
  • Tomado de la mano…………………………….191