Día: 29 de junio de 2013

Cantaremos. 30 de Junio, XIII Domingo del Tiempo Ordinario /C

Conocemos bien las relaciones entre judíos y samaritanos*. Desde el siglo II a.C., fueron cruelmente tratados por los asmoneos*. El Nuevo Testamento nos ha dejado rasgos y vestigios suficientes para comprender la animosidad, a veces odio, que sentían unos contra otros.El Reino tiene fuerza por sí mismo para establecerse entre los hombres sin recurrir a medios violentos o de poder. El poder de Dios, que se manifiesta en el establecimiento del Reino por medio de la cruz y resurrección. Hoy como ayer seguimos sintiendo la tentación del recurso a otros medios para establecer ese Reino. Hoy también tienen vigencia estas palabras de Jesús en medio de un mundo agresivo que se esfuerza en imponer su propio proyecto en todos los planos: económico, social, cultural e, incluso en muchas ocasiones, religioso. El Reino Dios no puede coexistir con la violencia.

Lo importante es entender lo que Jesús ofrece a los que quieran seguirle: que desde él todo tiene sentido y fuera de él al hombre le falta el sentido de su existencia. La elección conlleva la adquisición de la clave interpretativa de la vida. Hoy como ayer esta invitación sigue siendo actual porque estamos abordados y asaltados por la tentación de la comodidad y la instalación.

CANTAREMOS:

  • El Señor nos llama y nos reune……………………………………………………..272
    • Señor ten piedad-Gloria-Aleluya
    • Antífona
  • Tu pones o demás……………………………………………………………………….190
    • Santo-Padre nuestro-La Paz
    • Cordero de Dios
  • Pescador de hombres………………………………………………………………….128
  • Tan cerca de mi………………………………………………………………………….193
  • Viva Cristo………………………………………………………………………………….218

30 de Junio. XIII Domingo del Tiempo Ordinario /C

Evangelio según San Lucas (Lc 9,51-62)

Cuando se iba cumpliendo el tiempo en que tenía que salir de este mundo , Jesús tomó la firme decisión de emprender el viaje a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante.
De camino entraron en una aldea de Samaría para prepararle alojamiento; pero los samaritanos no lo recibieron, porque supieron que se dirigía a Jerusalén.
Ante esta negativa, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron: –Señor, ¿quieres que hagamos bajar fuego del cielo para que acabe con ellos?
Pero Jesús se volvió hacia ellos y les reprendió. Después se marcharon a otra aldea.
Mientras iban de camino, alguien le dejo a Jesús :
–Te seguiré adonde quiera vayas.
Jesús le respondió:
–Las zorras tienen madriguera y los pájaros, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza.
A otro Jesús le dijo:
–Sígueme.
Pero él respondió:
–Señor déjame primero ir a enterrar a mi padre.
Jesús le contestó:
–Deja que los muertos entierren a sus muertos. Tú, ve y anuncia el Reino de Dios.
Otro le dijo:
–Te seguiré, Señor; pero déjame primero despedirme de mi familia.
Jesús le contestó:
–El que empuña el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios.