Día: 24 de abril de 2016

Curas metidos en política. Luis Ugalde.

Por:Luis Ugalde

“Vengan benditos de mi Padre porque tuve hambre y me dieron deugalde_06 comer…”, dice el Maestro en la parábola del “Juicio Final”.  Jesús rara vez regaña y menos maldice,  pero  aquí nos habla de maldición e infierno para los que dejan que el otro se muera de hambre, de sed y de enfermedad o se pudra en la cárcel. Ese es el juicio de Dios sobre las personas y también sobre las políticas. A los malditos contrapone los “benditos de mi Padre”  porque me dieron de comer, me brindaron agua en la sed, me acompañaron en la enfermedad… Es la línea divisoria entre la buena persona y la mala, entre buen gobierno y malo. Lo demás es hipocresía religiosa.

Los responsables de la situación política, económica, y social reciben la alabanza de Dios solo si logran estructuras, instituciones y conductas para que los hambrientos tengan acceso a la comida y a su producción, los enfermos a la salud y los injustamente presos a la libertad. Jesús dice que esa negación de la vida del prójimo trae el infierno; lo que está a la vista en Venezuela. Para salir del hambre y de la pobreza se requieren modificaciones profundas y coherentes en todo el aparato productivo y en la acción de millones de personas; cosa que es imposible sin un cambio de política y un gobierno democrático nuevo que convoque a todo el país. Lo mismo se diga sobre las políticas para que las medicinas, los médicos y las instituciones públicas de salud traigan vida. Los buenos sentimientos de caridad quedan mutilados si no hay políticas coherentes e inteligentes en todas estas áreas; en política cuentan los resultados, no bastan las buenas intenciones.

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