Día: 23 de abril de 2016

Reflexiones . Domingo V de Pascua.

Ámense unos a otros como yo los he amado.

El proyecto de Dios para la humanidad es un proyecto de amor y Jesús  nos muestra cómo realizarlo. Al despedirse, le da a sus discípulos, la clave de cómo hacerlo:  “Ámense unos a otros como yo los he amado”.   Les deja la clave y la forma de amar como él ama: abierta, clara, sin doble lenguaje, sin silencios cómplices, sin miedo a que, los que se creen poderosos se disgusten, como una madre, contagiando bondad y ternura, sirviendo siempre.

Para amar como Jesús ama hay que observarlo en el Nuevo Testamento. Allí está escrito. Hay que leerlo y repensarlo. No amó lo mismo a sus discípulos, a los amigos de Betania, al Centurión, a la pecadora arrepentida, a Nicodemo, a los fariseos y a Herodes de quien siempre se mantuvo lejos y a quien en sus últimos momentos ni una palabra, ni siquiera una mirada dirigió….  Está claro que no son los ritos y los dogmas, ni las procesiones y celebraciones espectaculares, sino la sinceridad en la entrega y la actitud de servicio siempre abierta  lo que hace del cristiano un verdadero testimonio de amor en la comunidad.

Sólo el amor verdadero y no de “momentos” es el que hace del cristiano un verdadero discípulo. Es ese el seguimiento que produce amor, alegría, comprensión. Lo antagónico sólo siembra tristezas, intrigas, incomodidad y el deseo de buscarlo en otras laderas donde sea posible descubrir, en medio de las tantas complicaciones del presente, por lo menos la paz y la esperanza que percibían sus amigos en aquellas paupérrimas aldeas de Galilea saqueadas y dominadas por la avaricia del poder político y religioso del momento.

“Como Yo los he amado” es el modelo.  “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, ahora queda pequeño….

Julie Meucci

Cantaremos. Domingo V de Pascua /C

Con la muerte de Jesús aparecerá la gloria de Dios comprometido con él y con su causa. Por otra parte, ya se nos está preparando, como a los discípulos, para el momento de pasar de la Pascua a Pentecostés; del tiempo de Jesús al tiempo de la Iglesia. Es lógico pensar que en aquella noche en que Jesús sabía lo que podría pasar tenía que preparar a los suyos para cuando no estuviera presente. No los había llamado para una guerra y una conquista militar, ni contra el Imperio de Roma. Los había llamado para la guerra del amor sin medida, del amor consumado. Por eso, la pregunta debe ser: ¿Cómo pueden identificarse en el mundo hostil aquellos que le han seguido y los que le seguirán? Ser cristiano, pues, discípulo de Jesús, es amarse los unos a los otros. Ese es el catecismo que debemos vivir. Todo lo demás encuentra su razón de ser en esta ley suprema de la comunidad de discípulos. Todo lo que no sea eso es abandonar la comunión con el Señor resucitado y desistir de la verdadera causa del evangelio.

Fray Miguel de Burgos Núñez
Lector y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura
Enviar comentario al autor

 

 

CANTAREMOS:

      • Vienen con alegría …………………………………..219
        • Señor ten piedad – Gloria
        • Aleluya – Antífona – Una espiga
        • Santo– Padre nuestro
        • La Paz– Cordero de Dios
      • Pescador de hombres …………………………….. 128
      • Tan cerca de mi ……………………………………. 193
      • Viva Cristo ……………………………………………  218

24 de Abril–Domingo V de Pascua /C

Evangelio según san Juan (Jn 13,31-33.34-35)

Cuando Judas salió del cenáculo, Jesús dijo: “Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo y pronto lo glorificará.
Hijitos, todavía estaré un poco con ustedes. Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado; y por este amor reconocerán todos que ustedes son mis discípulos”.