Mes: octubre 2016

Nota Eclesial : Venciendo obstáculos como Zaqueo.

(RV).- No es lo que somos ni lo que tenemos lo que nos impulsa a buscar a Cristo, sino la necesidad de experimentar su misericordia. Así observamos a Zaqueo en el Evangelio (Lucas 19, 1-10) superando obstáculos para conocer a Jesús y ser testigo de la salvación.

“Hoy ha llegado la salvación a tu casa”  (Lc 19, 9),  le dijo Jesús al hombre que luego de tantas situaciones no orientadas al bien común es impactado por la misericordia de Dios que, sin mirar la condición del pecador se agrada en el esfuerzo por alcanzarlo para estar con Él.

De esta manera actuó Zaqueo, venciendo las dificultades para conocer a Jesucristo. En la resiente Jornada Mundial de la Juventud, el Papa Francisco hablaba sobre estos obstáculos superados por Zaqueo. “El primero es la baja estatura: Zaqueo no conseguía ver al Maestro, porque era bajo”, pero no podemos obviar que nuestra estatura espiritual es tan grande como el don de ser hijos de Dios que nos impulsa siempre a buscarlo.

Francisco menciona la “vergüenza paralizante”, como un segundo obstáculo que hace permanecer en el pecado, cerrando los ojos a la salvación. El Papa decía en aquella homilía “no se avergüencen de llevarle todo, especialmente las debilidades, las dificultades y los pecados, en la confesión: Él sabrá sorprenderlos con su perdón y su paz”.

Y luego el obstáculo de la “multitud que murmura” a quienes quieren estar cerca de Jesús, cuya misericordia es infinita. Jesucristo no mira el pasado del hombre arrepentido sino su propósito de construir con el Evangelio, compartiendo con los pobres sus bienes, un puente para ser testigo de la salvación.

La salvación nos hace herederos del amor y la misericordia de Dios, recuerda que somos capaces de seguir venciendo los obstáculos de un mundo relativista para encontrarnos con Jesucristo en su Evangelio y los sacramentos, y vivir la alegría de la salvación.

P. Johan Pacheco para RADIO VATICANA.

http://es.radiovaticana.va/news/2016/10/29/nota_eclesial-_p_johan_pacheco_-_domenica_30_octubre_2016/1268629

Cantaremos. XXXI Domingo del Tiempo Ordinario /C

La Liturgia nos invita a no tener miedo de ir a lo más interno de nosotros mismos para descubrir la necesidad de transformación que llevamos dentro.

Zaqueo es un hombre que sólo ha servido al Dios dinero. Por eso mismo es una persona insatisfecha. Su vida se ha quedado atrapada en la inhumanidad. El Evangelio lo describe como bajo de estatura. ¿Será que la estatura humana tiene el tamaño de la dignidad, libertad y generosidad que poseamos? Pero este hombre encontró en Jesús un nuevo motivo para vivir.

El encuentro con Jesús lo cambió por completo. Su estatura también cambió. De ahora en adelante su estatura será la alegría, la generosidad y la libertad. Y es que si permitimos la entrada de Dios en nuestra vida, a nuestra familia, a nuestro trabajo y a nuestra comunidad eclesial o religiosa, todo se transformará. La amistad con Dios sólo da lugar a la comunión, fraternidad y solidaridad.

Muchas veces nos dejamos atrapar por nuestras rutinas dañinas, aunque no las veamos, ni midamos el daño que producen. Con el paso del tiempo terminamos acostumbrándonos a lo que somos y hacemos. Incluso, llegamos a convencernos que es demasiado tarde para cambiar. Y por ello nos cerramos a la novedad de Dios y a la novedad de la vida. Que rompamos nuestros cercos para exponernos al fuego de la Palabra, para que nos convirtamos en auténticos hijos de Dios y hermanos de los demás.

P. Gustavo Albarrán, sj. (Pan Diario de la Palabra)

CANTAREMOS:

      • El Señor nos llama y nos reúne ………………………….     
        • Señor ten piedad – Gloria
        • Aleluya – Antífona
      • Este pan y vino ………………………………………………..    
        • Santo – Padre nuestro
        • La Paz – Cordero de Dios
      • Pescador ………………………………………………………..    
      • Señor tu eres nuestra luz …………………………………    
      • Alabaré …………………………………………………………     

30 de Octubre- XXXI Domingo del Tiempo Ordinario /C

Evangelio según san Lucas (Lc 19,1-10)

En aquel tiempo, Jesús entró en Jericó, y al ir atravesando la ciudad, sucedió que un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de conocer a Jesús; pero la gente se lo impedía, porque Zaqueo era de baja estatura. Entonces corrió y se subió a un árbol para verlo cuando pasara por ahí. Al llegar a ese lugar, Jesús levantó los ojos y le dijo: “Zaqueo, bájate pronto, porque hoy tengo que hospedarme en tu casa”.

Él bajó enseguida y lo recibió muy contento. Al ver esto, comenzaron todos a murmurar diciendo: “Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador”.

Zaqueo, poniéndose de pie, dijo a Jesús: “Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes, y si he defraudado a alguien, le restituiré cuatro veces más”. Jesús le dijo: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también él es hijo de Abraham, y el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido”.

Porras : De Santa Teresa al Vaticano.

Alberto Arteaga Sánchez

De una humilde y acogedora escuela parroquial, Santa Teresa, de Miracielos a Hospital, a media cuadra de la plaza La Concordia, se formó Baltazar Porras, designado cardenal por el papa Francisco.

Después de una breve pasantía por el colegio Fray Luis de León, en las esquinas de Cristo a Isleños, hoy en la avenida Fuerzas Armadas, de los agustinos recoletos, Baltazar pasó a la escuela dirigida por monseñor Hortensio Carrillo, párroco de la iglesia de Santa Teresa, hogar del Nazareno de San Pablo, cura dinámico y ejemplar, que fue a parar con sus huesos a la cárcel , en los estertores de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, siendo así que los ataques contra los sacerdotes y obispos se arrecian en los tiempos finales de dictaduras.

Con los padres eudistas, bajo el rectorado del esclarecido y santo Miguel Antonio Salas, su predecesor en el Arzobispado de Mérida, inició su formación en el Seminario Interdiocesano de Caracas, en Sabana del Blanco, en La Pastora, para culminar sus estudios en la Universidad de Salamanca.

Baltazar Porras es orgullo de la Iglesia, pilar de la Conferencia Episcopal, cuya presidencia ejerció en momentos extremadamente graves y difíciles para Venezuela, de todo lo cual derivaron no solo ataques verbales y acoso político, sino descabelladas e injustas imputaciones ante el propio Ministerio Público, acciones infames, deplorables, que solo pueden tener cabida en gobiernos autoritarios que siempre han visto a la Iglesia como enemiga, en razón de su firme posición de defensa de los derechos humanos.

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Cantaremos–XXX Domingo del Tiempo Ordinario /C

Lo que para Lucas proclama Jesús delante de los que le escuchan es tan revolucionario que necesariamente debía llevarle a la muerte y, sin embargo, hasta un niño estaría de parte de Jesús, porque no es razonable que el fariseo “excomulgue” a su compañero de plegaria. Pero la ceguera religiosa es a veces tan dura, que lo bueno es siempre malo para algunos y lo malo es siempre bueno. Lo bueno es lo que ellos hacen; lo malo lo que hacen los otros. ¿Por qué? Porque la religión del fariseo se fundamenta en una seguridad viciada y se hace monólogo de uno mismo. Es una patología subjetiva envuelta en el celofán de lo religioso desde donde ve a Dios y a los otros como uno quiere verlos y no como son en verdad. En realidad solamente se está viendo a sí mismo. Esto es más frecuente de lo que pensamos. Por el contrario, el publicano tendrá un verdadero diálogo con Dios, un diálogo personal donde descubre su “necesidad” perentoria y donde Dios se deja descubrir desde lo mejor que ofrece al hombre. El fariseo, claramente, le está pasando factura a Dios. Esto es patente y esa es la razón de su religiosidad. El publicano, por el contrario, pide humildemente a Dios su factura para pagarla. El fariseo no quiere pagar factura porque considera que ya lo ha hecho con los “diezmos y primicias” y ayunos, precisamente lo que Dios no tiene en cuenta o no necesita. Eso se han inventado como sucedáneo de la verdadera religiosidad del corazón.

El fariseo, en vez de confrontarse con Dios y con él mismo, se confronta con el pecador; aquí hay un su vicio religioso radical. El pecador que está al fondo y no se atreve a levantar sus ojos, se confronta con Dios y consigo mismo y ahí está la explicación de por qué Jesús está más cerca de él que del fariseo. El pecador ha sabido entender a Dios como misericordia y como bondad. El fariseo, por el contrario, nunca ha entendido a Dios humana y rectamente. Éste extrae de su propia justicia la razón de su salvación y de su felicidad; el publicano solamente se fía del amor y de la misericordia de Dios. El fariseo, que no sabe encontrar a Dios, tampoco sabe encontrar a su prójimo porque nunca cambiará en sus juicios negativos sobre él. El publicano, por el contrario, no tiene nada contra el que se considera justo, porque ha encontrado en Dios muchas razones para pensar bien de todos. El fariseo ha hecho del vicio virtud; el publicano ha hecho de la religión una necesidad de curación verdadera. Solamente dice una oración, en muy pocas palabras: “ten piedad de mí porque soy un pecador”. La retahíla de cosas que el fariseo pronuncia en su plegaria han dejado su oración en un vacío y son el reflejo de una religión que no une con Dios.

Fray Miguel de Burgos Núñez
Lector y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

CANTAREMOS:

      • Reunidos en nombre del Señor ……………………………….. 159
        • Ten piedad – Gloria
        • Aleluya – Antífona
      • Los frutos de la tierra………………………………………………     
        • Santo – Padre nuestro
        • Dame la Paz hermano – Cordero de Dios
      • Vaso nuevo …….……………………………………………………. 221
      • Por Ti Señor ………………………………………………………… 134
      • Viva Cristo …………………………………………………………… 218

23 de Octubre – XXX Domingo del Tiempo Ordinario/C

Evangelio según san Lucas (LC 18, 9-14)

En aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola sobre algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás:

“Dos hombres subieron al templo para orar: uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: ‘Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos y adúlteros; tampoco soy como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todas mis ganancias’.

El publicano, en cambio, se quedó lejos y no se atrevía a levantar los ojos al cielo. Lo único que hacía era golpearse el pecho, diciendo: ‘Dios mío, apiádate de mí, que soy un pecador’.

Pues bien, yo les aseguro que éste bajó a su casa justificado y aquél no; porque todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido”.

Los jesuitas celebran a su nuevo Prepósito General: el padre venezolano Arturo Sosa SJ

P. Arturo Sosa SJ,  31° Superior General de la Compañía de Jesús(RV).-  Es el padre Arturo Marcelino Sosa Abascal de Venezuela el nuevo Prepósito General de la Compañía de Jesús. Finalizados los cuatro días de las llamadas ‘murmuratio’, es decir, de las conversaciones en las que los jesuitas intercambiaron informaciones  “de uno a uno”, la Congregación General de la Societas Iesus, vale decir, la más alta instancia de la Orden fundada por san Ignacio de Loyola, eligió a su 31 Prepósito General.

Para dicha elección, realizada después de un tiempo de oración, recogimiento y penitencia, han sido necesarios al menos 107 votos, es decir, la mitad más uno de los 212 electores que participaron en la votación, delegados de los casi 17.000 jesuitas presentes en todo el mundo.

Breve biografía

El padre Arturo Sosa nació en Caracas el 12 noviembre de 1948. Licenciado en Filosofía en la Universidad Católica Andrés Bello, realizó estudios de Teología en 1978. Es Doctor en Ciencias Políticas por la Universidad Central de Venezuela. Ha revestido diversos cargos, entre ellos, desde 2008 fue elegido por el entonces padre General Adolfo Nicolás como Consejero General y Delegado para las Casas y Obras internacionales de la Compañía de Jesús en Roma, a partir del mes de septiembre de 2014. Se trata de instituciones que dependen directamente del Padre General de los Jesuitas y para las que nombra a un delegado. Entre ellas se encuentran, además de la Curia General, la Pontificia Universidad Gregoriana, el Pontificio Instituto Bíblico, el Pontificio Instituto Oriental, el Observatorio Vaticano, así como diversos Colegios Internacionales y Residencias.

Entre 1996 y 2004 fue Superior Provincial de los Jesuitas en Venezuela. Anteriormente había sido coordinador del apostolado social en este país y director del Centro Gumilla, un centro de investigación y acción social de los jesuitas en Venezuela.

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Cantaremos – XXIX Domingo del Tiempo Ordinario/C

El evangelio de este domingo nos hace escuchar el grito de todos los que piden justicia. La viuda, símbolo del desamparo y la impotencia, representa hoy a tantas víctimas sepultadas en las cárceles, abandonadas al autoritarismo totalitario del Poder, a la carencia absoluta de moral de los jueces y a la violencia de sus carceleros.

Bíblicamente, la viuda es símbolo de la persona desamparada. Está sola, no tiene quien la ayude ni quien la defienda. Su súplica es la de todos los pobres y oprimidos…. como la de tantos de los que abundan en nuestra tierra y deambulan por nuestras calles….. Por otra parte, al juez sin principios ni religión no le importa para nada el sufrimiento de las víctimas ni el de su familia. Su interés está centrado en la jugosa remuneración material que recibe. Sólo piensa en enriquecerse más.

Para muchos de los que habitan este planeta, la vida es una larga noche en el más oscuro calabozo. El mensaje de Jesucristo resucitado de una muerte injusta, es la mejor señal de la victoria del bien sobre el mal. Lamentablemente, mientras tanto, los humanos esperamos impacientes ante el silencio de Dios….y escuchamos por todos lados frases llenas de desilusión. Tal vez nuestra oración es cómoda y equivocada: pedimos a Dios que intervenga y haga lo que nos toca a nosotros: trabajar para construir un mundo más justo y solidario, no a punta de limosnas populistas, sino entregando a los hermanos las herramientas para construirse una vida digna que tenga su continuidad en una eternidad feliz. Hemos de comenzar por repartir Valores, no paupérrimos valores.

CANTAREMOS:

      • Que alegría cuando me dijeron ………………………………….. 141
      • Te vengo a ofrecer
      • Con nosotros está …………………………………………………….  45
      • Tan cerca de mi ……………………………………………………… 193
      • Viva Cristo …………………………………………………………….. 218

16 de Octubre – XXIX Domingo del Tiempo Ordinario /C

Evangelio según San Lucas (Lc 18,1-8)

En aquel tiempo, para enseñar a sus discípulos la necesidad de orar siempre y sin desfallecer, Jesús les propuso esta parábola:

“En cierta ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. Vivía en aquella misma ciudad una viuda que acudía a él con frecuencia para decirle: ‘Hazme justicia contra mi adversario’.

Por mucho tiempo, el juez no le hizo caso, pero después se dijo: ‘Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, sin embargo, por la insistencia de esta viuda, voy a hacerle justicia para que no me siga molestando’ “.

Dicho esto, Jesús comentó: “Si así pensaba el juez injusto, ¿creen acaso que Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, y que los hará esperar? Yo les digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿creen ustedes que encontrará fe sobre la tierra?”