Día: 1 de julio de 2017

Evangelio (Mateo 10,37-42): Las verdaderas radicalidades evangélicas

El evangelio de este domingo vuelve sobre el “discurso de misión”. Mateo señala para su comunidad que ser discípulo y seguidor de Jesús lleva consigo el vivir en conflicto. Perseverar en el discipulado supone romper ciertas tradiciones que nos atan, hasta las más familiares. No se trata de romper afectos familiares, sino lazos que no nos dejan libres. En un “crescendo” eficaz de la alternativa radical que se nos presenta en esta parte del discurso misionero, se pone de manifiesto que cuando la familia nos impone sus  criterios de amor o de odio, de intereses mundanos o de herencia, el discípulo estará en conflicto. Pero Mateo pone de manifiesto que nadie puede estar por encima del evangelio. Jesús, al pedir amarle a El más que a la familia, no está desestabilizándola; está proponiendo una nueva forma de ser hijo, de ser padre o madre y de ser hermano. Estos dichos son famosos, porque algunos discí1)1105 itinerantes los llevaron hasta sus últimas consecuencias, como se refleja en el documento que le sirve a Mateo (Documento Q) para elaborar estas enseñanzas.

El “seguimiento” de Jesús, en verdad, es algo que está lleno de ‘radicalidades”. Las cosas radicales son aquellas sin las cuales no es posible que nada subsista. El evangelio no podría ser el evangelio si se imponen a los discípulos otros criterios distintos de autoridad y prestigio. Los “dichos” de Jesús recogidos en este discurso están expresados semíticamente y pueden sonar a algo imposible: ¿es posible odiar al padre y a la madre por seguir a Jesús? ¡sería un “contra-dios”! Pero quieren decir algo muy importante. Incluso sabemos que este tipo de “dichos” de Jesús sobre aborrecer a la familia y llevar la cruz obedece a actitudes escatológicas de algunos grupos cristianos que fueron más allá de lo que Jesús quería exigir.

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Cantaremos–XIII Domingo del Tiempo Ordinario /A

Este domingo, el Evangelio nos sitúa en la parte final de las instrucciones de Jesús al enviar a sus discípulos para anunciar la Buena Nueva. Seguimos en contexto de envío y misión; esto de por sí ya es una clave para interpretar el texto. La misión de los discípulos tiene sus exigencias radicales, pero también sus recompensas. Asumir nuestro compromiso bautismal –nos lo recuerda el apóstol Pablo- indefectiblemente nos pone ante una decisión, ante una opción; hay que jugársela, tomar posturas y opciones claras.

Las Palabras de hoy nos interpelan acerca de nuestra capacidad de entrega y acogida a la persona de Jesús y su Evangelio.

Fr. Edgar Amado D. Toledo Ledezma, OP

Una de las cosas  que más sacrificio exige es la coherencia, la consecuencia entre los que creemos y lo que vivimos, lo que decimos y lo que hacemos. La convivencia humana parece estar sembrada de oportunistas, y la elección entre las diferentes opciones, frecuentemente la gana el oportunismo. Aquello de  “lo importante es parecer”… ofrece la inmediata recompensa del éxito pasajero, de la simpatía hueca…. Los ejemplos más escandalosos los vemos en la política, donde la ideología “derecha” o “izquierda” ha quedado para significar usos y abusos. Se llega al extremo de levantar un estandarte que justifique la mentira, el soborno, la complicidad, la segregación. la tortura y el crimen. Tal vez poco o nada pensamos en la coincidencia  de las palabras del Señor cuando dice que en el Juicio  pondrá a la izquierda a los cabritos”…y dice porque:  tuvo hambre, tuvo sed, fue forastero….”  ¡la incoherencia entre lo que se dice y lo que se hace es más que evidente!

El texto evangélico de este domingo nos pide reflexionar sobre la seriedad de nuestro compromiso cristiano. Nos habla de que hemos de preferirlo a la familia, a las conveniencias sociales, a los dividendos del dinero fácil. Y no nos esconde el sacrificio que ello puede implicarnos cuando nos dice abiertamente que “el que no toma su cruz de cada día y me sigue, no es digno de mi”.

Vivimos días difíciles, en los que la conducta del discípulo debe brillar como un rayo de luz en medio de la inmundicia del humo que envenena, de la hojarasca de la apariencia,  y de la fiebre de la vida fácil que pretende plantar en este desierto una tienda definitiva…. Es bueno tener presente, que ni siquiera un vaso de agua dado por su amor, quedará sin recompensa. 

Julie Meucci

CANTAREMOS:

      • El Señor nos llama y nos reúne ………………………………………….…. 272
      • Te ofrecemos señor …………………………………..……………………….. 186
      • Pescador de hombre ……………………………..……………………………. 128
      • Tan cerca de mi …………………………………………………………….……. 193
      • Viva Cristo ……………………………………………………………….…………. 218

2 de Julio – XIII Domingo del Tiempo Ordinario /A

Evangelio según san Mateo ( 10, 37-42)

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.

El que salve su vida la perderá y el que la pierda por mí, la salvará.

Quien los recibe a ustedes me recibe a mí; y quien me recibe a mí, recibe al que me ha enviado.

El que recibe a un profeta por ser profeta, recibirá recompensa de profeta; el que recibe a un justo por ser justo, recibirá recompensa de justo.

Quien diere, aunque no sea más que un vaso de agua fría a uno de estos pequeños, por ser discípulo mío, yo les aseguro que no perderá su recompensa”.