Día: 20 de julio de 2017

Cantaremos – XVI Domingo del Tiempo Ordinario /A

¡La atrayente sabiduría del Señor quedó plasmada en sus parábolas!….  En ellas  supo evocar la presencia  misteriosa del reino de Dios a partir de las sencillas experiencias vividas en su pequeña aldea de Nazaret y más tarde en Cafarnaún.  En ellas palpita el reino de Dios…ese reino del que tanto habló y que nunca definió!…. Siempre decía: “el reino de Dios es como “…..    De esta manera nos explica que el nuevo ser humano y la nueva sociedad, deberán vivir siempre bajo la convicción, de que el trigo y la cizaña estaremos  siempre juntos….de que no hay manera posible se separar a los malos de los buenos, porque el mal es una realidad tangible que acompaña la historia de la salvación hasta el final de los tiempos. El mal no está atado a ningún lugar…se mueve libremente y hasta entra al templo de la misma manera que lo hacían los fariseos en época de Jesús. ¡La cizaña siempre crecerá  camuflada  junto al trigo y esa paciente Providencia de Dios no dejará de sorprendernos y es posible que hasta nos cause escándalo….

Pero hubo una parábola que se grabó en el corazón de aquellos campesinos, paisanos de Jesús. Él mismo saca la parábola de los recuerdos de su infancia, con el olor de pan caliente que llegaba todas las semanas a su camita la víspera del sábado. Muy temprano las mujeres se levantaban para amasar el pan. Preparaban la masa, introduciendo en ella un trozo de levadura para fermentarla, luego la cubrían con un paño y esperaban que la masa creciera.  Mientras tanto calentaban la piedra en que se cocerían las hogazas. ¡El olor de aquellas hogazas preparadas amorosamente por sus madres era inconfundible, como inconfundible era el sentimiento que a él le sugería la cercanía del amor maternal de Dios, introduciendo en el mundo su levadura para sembrar su reino!   Por eso dice: El reino de los cielos se parece a la levadura: una mujer la toma, la mezcla con tres medidas de harina, hasta que todo lo fermenta”

¡Qué metáfora escoge Jesús!..¿Será verdad que la fuerza de Dios está de esa manera – escondida – en nuestra vida para fermentarla ?…. ¿Será posible que de esa misma manera, su levadura, esté secretamente penetrando en nuestra Venezuela para  transformarla por entero?….  ¿Será posible que esté Dios actuando silenciosamente, mientras nosotros vamos y venimos esperanzados o angustiados?…. Nuestra vida es una opción de fe y no hay lugar para esquizofrenias: no nos es posible vivir divididos internamente. Sólo en Cristo es posible hallar la Vida y la Fuerza para formar parte del reino de Dios.

Julie Meucci

CANTAREMOS :

      • El Señor nos llama y nos reúne …………………………………………. 272
        • Señor ten piedad – Gloria
        • Aleluya – Antífona
        • Te vengo a ofrecer – Santo padre nuestro
        • La Paz – Cordero de Dios – El Viñador
      • Tan cerca de mi …………………………………………………………………. 193
      • Alabaré ………………………………………………………………………………   17

23 de Julio – XVI Domingo del Tiempo ordinario /A

Evangelio según san Mateo (Mt 13,24-43)

En aquel tiempo, Jesús propuso esta parábola a la muchedumbre: “El Reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras los trabajadores dormían, llegó un enemigo del dueño, sembró cizaña entre el trigo y se marchó. Cuando crecieron las plantas y se empezaba a formar la espiga, apareció también la cizaña.

Entonces los trabajadores fueron a decirle al amo: ‘Señor, ¿qué no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, salió esta cizaña?’ El amo les respondió: ‘De seguro lo hizo un enemigo mío’. Ellos le dijeron: ‘¿Quieres que vayamos a arrancarla?’ Pero él les contestó: ‘No. No sea que al arrancar la cizaña, arranquen también el trigo. Dejen que crezcan juntos hasta el tiempo de la cosecha y, cuando llegue la cosecha, diré a los segadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en gavillas para quemarla, y luego almacenen el trigo en mi granero’ “.

Luego les propuso esta otra parábola: “El Reino de los cielos es semejante a la semilla de mostaza que un hombre siembra en un huerto. Ciertamente es la más pequeña de todas las semillas, pero cuando crece, llega a ser más grande que las hortalizas y se convierte en un arbusto, de manera que los pájaros vienen y hacen su nido en las ramas”.

Les dijo también otra parábola: “El Reino de los cielos se parece a un poco de levadura que tomó una mujer y la mezcló con tres medidas de harina, y toda la masa acabó por fermentar”.

Jesús decía a la muchedumbre todas estas cosas con parábolas, y sin parábolas nada les decía, para que se cumpliera lo que dijo el profeta: Abriré mi boca y les hablaré con parábolas; anunciaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo.

Luego despidió a la multitud y se fue a su casa. Entonces se le acercaron sus discípulos y le dijeron: “Explícanos la parábola de la cizaña sembrada en el campo”.

Jesús les contestó: “El sembrador de la buena semilla es el Hijo del hombre, el campo es el mundo, la buena semilla son los ciudadanos del Reino, la cizaña son los partidarios del maligno, el enemigo que la siembra es el diablo, el tiempo de la cosecha es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.

Y así como recogen la cizaña y la queman en el fuego, así sucederá al fin del mundo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles para que arranquen de su Reino a todos los que inducen a otros al pecado y a todos los malvados, y los arrojen en el horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga”.