Día: 6 de noviembre de 2021

7 de Noviembre. Evangelio. Comentario.

“ Ha echado más que nadie ”

Las características del personaje de la viuda que aparece en el evangelio de este domingo 32 del Tiempo Ordinario, es un personaje que podríamos identificar en gente que hemos conocido en algún momento de nuestra vida. No son muchas, ciertamente, y suelen ser poco dadas a hablar de ellas mismas, lo que no quiere decir que sean poco comunicativas. Siempre dispuestas a echar una mano a quien lo necesite y con un sentido arraigado de la justicia, de la solidaridad y el cuidado por el bienestar de las personas. Han aprendido a mirar la realidad y no por casualidad sino porque aprendieron a educar la mirada. Su peculiaridad es que siempre son buenas personas en cualquier circunstancia de la vida, aún cuando ésta no les sea favorable. Tienen una enorme capacidad para sobrevivir en la adversidad y es, desde esa experiencia, donde han aprendido la importancia de ayudar y de sentir y valorar la cercanía de aquellos con quienes comparten su humanidad. Han entendido desde la praxis de su vida que los medios disponibles, siempre escasos, no son mas que eso, medios, y por lo tanto, instrumentos que son para compartir, como su vida. No hablo de forma abstracta acerca del comportamiento ideal de las personas, puedo ponerle cara a las que me permiten describir estas características. Algunos piensan que son místicos, pero lo que si es cierto es que sufren cuando ven el crecimiento acelerado de la desigualdad, con la corrupción y con la indiferencia tan extendida hoy. Es ahí, donde, descubrimos testigos testimoniando. Estoy seguro de que muchos han conocido a alguno de estos testigos.
Fr. José Ramón López de la Osa González
Casa Stmo. Cristo de la Victoria (Vigo)

7 de Noviembre. XXXII Domingo del Tiempo Ordinario. Evangelio.

Evangelio según san Marcos (Mc 12, 41-44)

En aquel tiempo, Jesús estaba sentado frente a las alcancías del templo, mirando cómo la gente echaba allí sus monedas. Muchos ricos daban en abundancia. En esto, se acercó una viuda pobre y echó dos moneditas de muy poco valor. Llamando entonces a sus discípulos, Jesús les dijo: “Yo les aseguro que esa pobre viuda ha echado en la alcancía más que todos. Porque los demás han echado de lo que les sobraba; pero ésta, en su pobreza ha echado todo lo que tenía para vivir”.