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Bendición Urbi et Orbi

El Papa Francisco preside un momento extraordinario de oración en el Vaticano, con la Plaza de San Pedro vacía, con una bendición Urbi et Orbi y la indulgencia plenaria para pedir por el fin de la epidemia del coronavirus o COVID19:
«Al atardecer» (Mc 4,35). Así comienza el Evangelio que hemos escuchado. Desde hace algunas semanas parece que todo se ha oscurecido. Densas tinieblas han cubierto nuestras plazas, calles y ciudades; se fueron adueñando de nuestras vidas llenando todo de un silencio que ensordece y un vacío desolador que paraliza todo a su paso: se palpita en el aire, se siente en los gestos, lo dicen las miradas.

Nos encontramos asustados y perdidos. Al igual que a los discípulos del Evangelio, nos sorprendió una tormenta inesperada y furiosa. Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de confortarnos mutuamente.

En esta barca, estamos todos. Como esos discípulos, que hablan con una única voz y con angustia dicen: “perecemos” (cf. v. 38), también nosotros descubrimos que no podemos seguir cada uno por nuestra cuenta, sino solo juntos. Es fácil identificarnos con esta historia, lo difícil es entender la actitud de Jesús.

Mientras los discípulos, lógicamente, estaban alarmados y desesperados, Él permanecía en popa, en la parte de la barca que primero se hunde. Y, ¿qué hace? A pesar del ajetreo y el bullicio, dormía tranquilo, confiado en el Padre —es la única vez en el Evangelio que Jesús aparece durmiendo—.

Después de que lo despertaran y que calmara el viento y las aguas, se dirigió a los discípulos con un tono de reproche: «¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?» (v. 40). Tratemos de entenderlo. ¿En qué consiste la falta de fe de los discípulos que se contrapone a la confianza de Jesús? Ellos no habían dejado de creer en Él; de hecho, lo invocaron. Pero veamos cómo lo invocan: «Maestro, ¿no te importa que perezcamos?» (v. 38).
No te importa: pensaron que Jesús se desinteresaba de ellos, que no les prestaba atención. Entre nosotros, en nuestras familias, lo que más duele es cuando escuchamos decir: “¿Es que no te importo?”. Es una frase que lastima y desata tormentas en el corazón. También habrá sacudido a Jesús, porque a Él le importamos más que a nadie. De hecho, una vez invocado, salva a sus discípulos desconfiados.

La tempestad desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades. Nos muestra cómo habíamos dejado dormido y abandonado lo que alimenta, sostiene y da fuerza a nuestra vida y a nuestra comunidad.

La tempestad pone al descubierto todos los intentos de encajonar y olvidar lo que nutrió el alma de nuestros pueblos; todas esas tentativas de anestesiar con aparentes rutinas “salvadoras”, incapaces de apelar a nuestras raíces y evocar la memoria de nuestros ancianos, privándonos así de la inmunidad necesaria para hacerle frente a la adversidad.

Con la tempestad, se cayó el maquillaje de esos estereotipos con los que disfrazábamos nuestros egos siempre pretenciosos de querer aparentar; y dejó al descubierto, una vez más, esa (bendita) pertenencia común de la que no podemos ni queremos evadirnos; esa pertenencia de hermanos.

«¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?». Señor, esta tarde tu Palabra nos interpela y se dirige a todos. En nuestro mundo, que Tú amas más que nosotros, hemos avanzado rápidamente, sintiéndonos fuertes y capaces de todo. Codiciosos de ganancias, nos hemos dejado absorber por lo material y trastornar por la prisa.

Ahora, mientras estamos en mares agitados, te suplicamos: “Despierta, Señor”. «¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?». Señor, nos diriges una llamada, una llamada a la fe. Que no es tanto creer que Tú existes, sino ir hacia ti y confiar en ti. En esta Cuaresma resuena tu llamada urgente: “Convertíos”, «volved a mí de todo corazón» (Jl 2,12).

Nos llamas a tomar este tiempo de prueba como un momento de elección. No es el momento de tu juicio, sino de nuestro juicio: el tiempo para elegir entre lo que cuenta verdaderamente y lo que pasa, para separar lo que es necesario de lo que no lo es. Es el tiempo de restablecer el rumbo de la vida hacia ti, Señor, y hacia los demás.

Y podemos mirar a tantos compañeros de viaje que son ejemplares, pues, ante el miedo, han reaccionado dando la propia vida. Es la fuerza operante del Espíritu derramada y plasmada en valientes y generosas entregas. Es la vida del Espíritu capaz de rescatar, valorar y mostrar cómo nuestras vidas están tejidas y sostenidas por personas comunes —corrientemente olvidadas— que no aparecen en portadas de diarios y de revistas, ni en las grandes pasarelas del último show pero, sin lugar a dudas, están escribiendo hoy los acontecimientos decisivos de nuestra historia: médicos, enfermeros y enfermeras, encargados de reponer los productos en los supermercados, limpiadoras, cuidadoras, transportistas, fuerzas de seguridad, voluntarios, sacerdotes, religiosas y tantos pero tantos otros que comprendieron que nadie se salva solo.

Frente al sufrimiento, donde se mide el verdadero desarrollo de nuestros pueblos, descubrimos y experimentamos la oración sacerdotal de Jesús: «Que todos sean uno» (Jn 17,21). Cuánta gente cada día demuestra paciencia e infunde esperanza, cuidándose de no sembrar pánico sino corresponsabilidad. Cuántos padres, madres, abuelos y abuelas, docentes muestran a nuestros niños, con gestos pequeños y cotidianos, cómo enfrentar y transitar una crisis readaptando rutinas, levantando miradas e impulsando la oración. Cuántas personas rezan, ofrecen e interceden por el bien de todos. La oración y el servicio silencioso son nuestras armas vencedoras.
«¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?». El comienzo de la fe es saber que necesitamos la salvación. No somos autosuficientes; solos nos hundimos. Necesitamos al Señor como los antiguos marineros las estrellas. Invitemos a Jesús a la barca de nuestra vida. Entreguémosle nuestros temores, para que los venza.

Al igual que los discípulos, experimentaremos que, con Él a bordo, no se naufraga. Porque esta es la fuerza de Dios: convertir en algo bueno todo lo que nos sucede, incluso lo malo. Él trae serenidad en nuestras tormentas, porque con Dios la vida nunca muere. El Señor nos interpela y, en medio de nuestra tormenta, nos invita a despertar y a activar esa solidaridad y esperanza capaz de dar solidez, contención y sentido a estas horas donde todo parece naufragar.

El Señor se despierta para despertar y avivar nuestra fe pascual. Tenemos un ancla: en su Cruz hemos sido salvados. Tenemos un timón: en su Cruz hemos sido rescatados. Tenemos una esperanza: en su Cruz hemos sido sanados y abrazados para que nadie ni nada nos separe de su amor redentor. En medio del aislamiento donde estamos sufriendo la falta de los afectos y de los encuentros, experimentando la carencia de tantas cosas, escuchemos una vez más el anuncio que nos salva: ha resucitado y vive a nuestro lado.

El Señor nos interpela desde su Cruz a reencontrar la vida que nos espera, a mirar a aquellos que nos reclaman, a potenciar, reconocer e incentivar la gracia que nos habita. No apaguemos la llama humeante (cf. Is 42,3), que nunca enferma, y dejemos que reavive la esperanza.

Abrazar su Cruz es animarse a abrazar todas las contrariedades del tiempo presente, abandonando por un instante nuestro afán de omnipotencia y posesión para darle espacio a la creatividad que sólo el Espíritu es capaz de suscitar. Es animarse a motivar espacios donde todos puedan sentirse convocados y permitir nuevas formas de hospitalidad, de fraternidad y de solidaridad.

En su Cruz hemos sido salvados para hospedar la esperanza y dejar que sea ella quien fortalezca y sostenga todas las medidas y caminos posibles que nos ayuden a cuidarnos y a cuidar. Abrazar al Señor para abrazar la esperanza. Esta es la fuerza de la fe, que libera del miedo y da esperanza.

«¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?». Queridos hermanos y hermanas: Desde este lugar, que narra la fe pétrea de Pedro, esta tarde me gustaría confiarlos a todos al Señor, a través de la intercesión de la Virgen, salud de su pueblo, estrella del mar tempestuoso. Desde esta columnata que abraza a Roma y al mundo, descienda sobre vosotros, como un abrazo consolador, la bendición de Dios.

Señor, bendice al mundo, da salud a los cuerpos y consuela los corazones. Nos pides que no sintamos temor. Pero nuestra fe es débil Señor y tenemos miedo. Mas tú, Señor, no nos abandones a merced de la tormenta. Repites de nuevo: «No tengáis miedo» (Mt 28,5). Y nosotros, junto con Pedro, “descargamos en ti todo nuestro agobio, porque sabemos que Tú nos cuidas” (cf. 1 P 5,7).

Los cultos en frente del coronavirus (Les cultes face au coronavirus-France)

À seulement quelques semaines de plusieurs fêtes majeures, les fidèles des différentes religions sont invités à adapter leurs pratiques.

« Ne pas embrasser les personnes, les livres de prières, les mezouzoth et les Sifré-Torah. » Pour lutter contre la propagation du coronavirus, les rabbins et les présidents de communauté ont transmis des consignes strictes. À la synagogue, les fidèles doivent désormais s’asseoir à un mètre les uns des autres, séparés par un siège d’écart. Les offices, eux, sont raccourcis et divisés, pour éviter les rassemblements de plus de cent personnes. Quant aux « événements familiaux », comme les mariages, ils sont reportés sine die, ou limités en termes de participants.

Suspension des prières du vendredi dans les mosquées

De son côté, le Conseil français du culte musulman (CFCM) a demandé à toutes les mosquées de « suspendre l’organisation des prières du vendredi ». L’instance, principal interlocuteur de l’État sur le culte musulman, a également appelé « toutes les personnes âgées de plus de 70 ans et les personnes malades ou qui souffrent de troubles respiratoires ou de handicaps à ne pas se rendre à la mosquée ». « Conformément aux décisions du ministère des Solidarités et de la Santé, et suivant les avis religieux prodigués par nos imams, la grande prière du vendredi (salat aljumu’a) ne sera pas célébrée, et ce jusqu’à nouvel ordre », avait déjà fait savoir la Grande Mosquée de Paris dans un communiqué publié ce lundi.

COMMUNIQUÉ MESSAGE URGENT NOTAMMENT AUX IMAMS ET RESPONSABLES DE MOSQUÉES https://t.co/aDrmvhQ46C via @UmfOfficiel — CFCM (@CfcmOfficiel) March 13, 2020

« Il est essentiel que les fidèles musulmans participent activement, dans leur comportement, à ralentir la propagation de l’épidémie », a précisé le recteur Chems-eddine Hafiz. Il ajoute que la Grande Mosquée de Paris « continue à accueillir les fidèles pour les cinq prières quotidiennes, mais leur préconise vivement de les accomplir en privé ».

Aucune messe publique ce dimanche en Île-de-France

Depuis quelques semaines, le coronavirus a également des conséquences sur la messe. En pleine période de carême, les prêtres catholiques ont été invités à vider l’eau des bénitiers, à ne pas faire procéder à « l’échange de paix » (geste qui consiste à serrer la main ou à faire la bise à ses voisins), à suspendre la communion eucharistique dans la bouche et à ne plus distribuer de vin aux fidèles. « En ce qui concerne la Semaine sainte, nous attendons de voir où on en sera, notamment pour la célébration de Pâques », explique Mgr Matthieu Rougé, évêque de Nanterre.

Lutte contre la propagation du #coronavirus, @MgrMRouge adresse un message à tous les fidèles du Diocèse de Nanterre et les habitants des @hautsdeseinefr.
Une invitation à la prière, l’action, la confiance et l’attention aux personnes les plus fragiles. https://t.co/0INlrBPL1i pic.twitter.com/NoQi6y7Ozp — Diocèse de Nanterre (@92catholique) March 12, 2020

Depuis l’allocution du président de la République de jeudi soir, des mesures supplémentaires ont été mises en place dans les diocèses. « Nous avons pris la décision de ne pas tenir de messe publique ce dimanche en Île-de-France », prévient Mgr Rougé, qui invite les fidèles à préférer les messes en semaine. Les fidèles catholiques sont donc dispensés « de l’obligation dominicale » d’aller à la messe. En province, elles ne doivent pas dépasser le seuil de 100 personnes.

« Nous voulons offrir des moyens de prier tout en respectant les consignes du gouvernement », souligne ce Mgr Rougé. L’évêque ajoute que son diocèse a été contraint de suspendre beaucoup d’activités auprès des jeunes, comme le scoutisme ou les cours de catéchisme. « Nous voulons cependant trouver des moyens créatifs pour continuer d’animer la prière et accompagner les fidèles », dit Mgr Rougé, qui évoque les réseaux sociaux pour maintenir le lien. Pour pallier l’annulation des messes dominicales et maintenir le lien, la chaîne catholique KTO a par exemple annoncé renforcer la prière sur son temps d’antenne. À partir de lundi, la chaîne diffusera deux messes par jour en plus des rendez-vous de prière.

Misas de Navidad y Año Nuevo 2020

MISAS DE NAVIDAD Y AÑO NUEVO 2020

Martes. 24 de diciembre
6:00 p.m.
MISA DE NOCHEBUENA
Miercoles, 25 de diciembre
12:00 m  
MISA DE LA SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR
Jueves, 26 de diciembre
5:00 p.m.
MISA DE LA FIESTA DE SAN ESTEBAN, PROTOMARTIR
Viernes, 27 de diciembre
5:00 p.m.
MISA DE LA FIESTA DE SAN JUAN APOSTOL Y EVANGELISTA
Sábado, 28 de diciembre  
5:00 p.m.
MISA DE LA FIESTA DE LOS SANTOS INOCENTES MARTIRES
Domingo, 29 de diciembre  
5:00 p.m.
MISA DE LA FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA DE JESÚS, MARIA Y JOSÉ  
Lunes, 30 de diciembre
12:00 m
MISA DE LA FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA DE JESÚS, MARÍA Y JOSÉ
Martes, 31 de diciembre
4:00 p.m.
5:00 p.m.  

HORA SANTA  

MISA DE LA SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS
Miercoles, 1 de Enero
12:00 m.
 
MISA DE LA SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA MADRE DE DIOS

Cruzada por Venezuela. Jueves 27 de junio.

Estimados amigos.

Durante tres días seguidos, jueves, viernes y sábado, haremos La Hora Santa en nuestra capilla de 3:00 p.m. a 6:00 p.m con exposición del Santísimo. Es una cruzada por Venezuela pidiéndole a nuestro Padre Dios bendito con fe y devoción. Luego de esta Hora Santa tendremos nuestra misa y una pequeña procesión.

El domingo, tendremos la Minerva, que es una hora con el Santísimo expuesto a las 11:00 a.m. seguido de nuestra misa dominical a la hora acostumbrada.

Unamos nuestras oraciones por Venezuela para que los demonios del mal se alejen de nuestra tierra.

Misas de Navidad y Año Nuevo

Parroquia San Andrés Apóstol

Capilla La Milagrosa, Calle Norte 1, Urb. El Placer

Lunes , 24 de diciembre

7:00 p.m.

MISA DE NOCHEBUENA

Martes, 25 de diciembre

12:00 m.

MISA DE LA SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR

Miércoles, 26 de diciembre

5:00 p.m.

MISA DE LA FIESTA DE SAN ESTEBAN, PROTOMÁRTIR

Jueves, 27 de diciembre

5:00 p.m.

MISA DE LA FIESTA DE SAN JUAN, APÓSTOL Y EVANGELISTA

Viernes, 28 de diciembre

5:00 p.m.

MISA DE LA FIESTA DE LOS SANTOS INOCENTES, MÁRTIRES

Sábado, 29 de diciembre

5:00 p.m.

MISA DE LA FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA DE JESÚS, MARIA Y JOSÉ

Domingo, 30 de diciembre

12:00 m.

MISA DE LA FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA DE JESÚS, MARÍA Y JOSÉ

Lunes 31, de diciembre

4:00 p.m.

5:00 p.m.

HORA SANTA

MISA DE LA SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS

Martes, 1 de enero

12:00 m.

MISA DE LA SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS

Audiencia del Papa a obispos venezolanos: diálogo, consolación y cercanía al pueblo

El Papa Francisco recibió este jueves 8 de junio a los miembros de la presidencia de la Conferencia Episcopal de Venezuela. Un encuentro importante solicitado por los mismos obispos tras el agravarse la situación en este país sudamericano. Acerca de los temas tratados con el Pontífice y de las expectativas y esperanzas de los obispos venezolanos para su país, habló con nuestra emisora, el Presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela y arzobispo de Cumaná, Mons. Diego Padrón Sánchez. Éstas fueron sus palabras:


Audio: Entrevista


“Nosotros planteamos al Santo Padre en primer lugar la firmeza de nuestra adhesión a su persona y a su Magisterio y a las líneas que el Papa traza tanto en sus documentos como en sus discursos, como así también en las cartas que ha enviado al pueblo venezolano. En Venezuela, se corrió hace algunos meses, la idea de que la Conferencia Episcopal está en desobediencia en relación al Papa o está en contra incluso de las líneas que marca el Papa. Y queríamos desmentir esa visión negativa, divisoria de la Iglesia. El Papa está muy consciente y nos dijo que teníamos todo su apoyo, y no solamente el apoyo suyo personal sino también el de la Santa Sede. Nosotros estamos muy claros en nuestra obediencia y comunión con el Santo Padre y estamos también muy seguros de que el Papa reafirma las líneas, las decisiones de la Conferencia Episcopal Venezolana”.

Cincuenta minutos de encuentro con el Pontífice que el Presidente de la CEV define “una gracia muy grande, en primer lugar, porque sabemos que las audiencias con el Papa son más bien breves. Y en segundo lugar, porque esos 50 minutos han sido de un diálogo muy cercano, muy abierto, de mucha disposición del Santo Padre y de mucho apoyo, de palabras de consuelo. Y no solamente de palabras sino de una actitud de cercanía al pueblo venezolano. El interés fundamental de este encuentro fue presentar las necesidades, las angustias, los sufrimientos de nuestro pueblo y creo que ayer quedaron bien destacadas”.

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CANTAREMOS – DOMINGO DE RAMOS

Dentro del Plan salvífico de la historia del Pueblo de Dios, nos encontramos una y otra vez con el destino lleno de incomprensión y de persecuciones, del rechazo, violento que acompaña la vida de los profetas.  Juan, el Precursor es una muestra, y el mismo Jesús vio asomarse también para Él esa posibilidad desde el principio de su predicación del reino de Dios. El Señor estaba muy lejos de ser un melancólico soñador de martirios, toda su vida demostró lo contrario : enseñó que Dios es un Padre amoroso que nos quiere felices, que de ninguna manera está de acuerdo con la exclusión y la marginalidad…. Nunca dio la más leve señal de apoyo a los abusos del poder, ni estuvo de acuerdo jamás con ningún gesto de la tiranía política, social ni religiosa.

El amable y valiente Profeta de Nazaret dedicó su vida -demasiado corta- a combatir el hambre, la enfermedad, la injusticia y hasta las desesperanzas sembradas por una falsa interpretación de los jefes religiosos de su pueblo. Si aceptó la persecución y hasta el martirio, fue precisamente por defender el derecho a la felicidad, a una vida digna vivida en libertad. Su hermoso mensaje del reino de Dios sonó inadmisible para todos los opresores, para todos los amantes de privilegios… Le hubiera sido muy fácil disfrutar también Él de los privilegios que ofrecen los poderosos a los oportunistas y aduladores… Si Jesús hubiera sido “un poquito” simpaticón y pródigo en elogios inmerecidos a Pilato y a los Sumos Sacerdotes no habría terminado en la Cruz…. 

Jesús no supo de silencios cómplices ante el Poder de su tiempo. Dijo lo que muchos no querían escuchar…y lo dijo no sólo en las humildes aldeas de Galilea, sino, en el grandioso Templo de Jerusalén, y a los Jerarcas del mismo, no le gustó De esta manera, Jesús no escapa a la suerte de los Profetas… resulta un “indeseable” como todos los que se atreven a gritar con su vida comprometida la verdad. Jesús es el Modelo del compromiso sin miedos, de la palabra no condicionada, de la compasión desmedida por el pobre, el hambriento, el perseguido, el enfermo y hasta el pecador! Jesús es el compromiso vivo, tan real que podemos definirlo, imaginarlo como el Amor crucificado.

Como tantos mártires inmolados por la defensa de un Ideal, Jesús no fue un suicida. La muerte del Señor, digámoslo claro, fue un cruel asesinato. Lo mataron violentamente, din derecho a un justo proceso. Un juicio teatral como el que sufren todos los condenados injustamente, como el que sufren todos los llevan colgado el cartel: “Condenado”.

Su ideal de crear una sociedad más fraterna estaba inspirado en el amor ilimitado de Dios por TODOS sus hijos. No fue un guerrillero, ni un fanático de ideologías extremas… Es el Hijo, enviado por el Padre, para enseñarnos a vivir. 

La cruz aparece en   Imágenes integradas 1  cualquier lugar.

El Programa de Cantos ya lo repartimos.  No queda sino desearnos una fervorosa y vital Semana Santa, en sintonía con tantos profetas a los que hemos tenido la suerte de conocer, de recibir sus enseñanzas y ejemplos, de verlos luchar, sufrir y hasta morir, en este escenario de la Pasión que hoy es Venezuela !

                                      El saludo del Señor: “¡La paz esté con ustedes!”

Programa de Semana Santa 2017

PARROQUIA SAN ANDRÉS APÓSTOL

Capilla La Milagrosa, Calle Norte 1, Urb. El Placer, Caracas. Tel. 0212-9620031

 

Domingo, 9 de abril
12:00 m
“Bendito el que viene en nombre del Señor (Mt 21,9)
MISA DEL DOMINGO DE RAMOS
Con la bendición de las palmas
Lunes, 10 de abril
6:00 p.m.
Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania” (Jn 12,1-11)
MISA DEL LUNES SANTO
Martes, 11 de abril
6:00 p.m.
“Yo les aseguro que uno de Ustedes me va a entregar” (Jn 13,21)”
MISA DEL MARTES SANTO
Miércoles, 12 de abril
6:00 p.m.
“Ofrecí la espada a los que me golpeaban” (ls 50,6)
MISA EN HONOR DEL NAZARENO
PROCESIÓN CON LA IMAGEN DEL NAZARENO
Jueves, 13 de abril
9:00 a.m.
6:00 p.m.

Hasta las 9:00 p.m.

“Este es mi cuerpo que se entrega por Ustedes” (1 Cor 11,24)
EN LA CATEDRAL DE CARACAS : MISA CRISMAL
MISA VESPERTINA DE LA CENA DEL SEÑOR
Con el lavatorio de los pies.
Adoración del Santísimo Sacramento reservado en el Monumento
Viernes, 14 de abril
Desde las 9:00 a.m.

4:00 p.m.

5:00 p.m.

“Uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza, e inmediatamente salió sangre y agua” (Jn 19,34)

LITURGIA DEL VIERNES SANTO

Con la adoración de la Santa Cruz

VIA-CRUCIS

Sábado, 15 de abril


7:00 p.m.

“Yo sé que buscan a Jesús, el crucificado. No está aquí
ha resucitado (Mt 28, 5-6)

VIGILIA PASCUAL

Con la bendición del fuego, el pregón pascual, la bendición del agua y la renovación de las promesas bautismales

Domingo, 16 de abril

12:00 m.

“Hasta entonces no habían entendido las Escrituras, según las cuales Jesús debía resucitar de entre los muertos” (Jn 20,9)

MISA DEL DOMINGO DE RESURECCIÓN
Actividad para los niños: búsqueda de los huevos de Pascua…