Día: 14 de marzo de 2015

Cuaresma del Viacrucis

Con agrado invitamos a los vecinos a participar de esta Cuaresma del Viacrucis, ejercicio piadoso que nos recuerda el camino de Jesús hacia la cruz y lo ofrecemos por la paz y reconciliación en nuestra Patria. Iniciaremos el Viacrucis en la calle Sur 5,  Quinta Neni, acompañados por el Pbro. Ramón Vinke, a las 4:00 p.m. el día viernes 20 de Marzo.

Para vivir nuestra Fe hay que alimentarla, sólo así crecerá y se fortalecerá.

Los esperamos.

Programa de Semana Santa 2015

Semana Santa. Programa.

Capilla La Milagrosa, Calle Norte 1, Urb. El Placer, Caracas – Tf 0212-9620031

Domingo, 29 de marzo             12:00 m.

“Bendito el que viene en nombre del Señor (Mt 21, 9)
MISA DEL DOMINGO DE RAMOS
Con la bendición de las palmas

Lunes, 30 de marzo
6:00 p.m.

“Seis dias antes de fa Pascua, fue Jesús a Betanía” (Jn 12, 1)
MISA DEL LUNES SANTO

Martes, 31 de marzo                6:00 p.m.

“Yo les aseguro, que uno de Ustedes me va a entregar” (Jn 13,21)
MISA DEL MARTES SANTO

Miércoles, 1º de abril
6:00 p.m.

“Ofrecí la espalda a los que me golpeaban” (Is 50, 6)
MISA EN HONOR DEL NAZARENO
PROCESiÓN CON LA IMAGEN DEL NAZARENO

Jueves, 2 de abril
9:00a.m.

 

6:00 p.m.

 

Hasta las 9:00 p.m.

“Esto es mi cuerpo, que se entrega por Ustedes” (1Cor 11, 24)
EN LA CATEDRAL DE CARACAS: MISA CRISMAL
EN LA CAPILLA LA MILAGROSA EN EL PLACER:
MISA VESPERTINA DE LA CENA DEL SEÑOR
Con el lavatorio de los pies
Adoración del Santísimo Sacramento reservado en el Monumento

Viernes, 3 de abril

 

Desde las 9:00 a.m.

4:00 p.m.

“Uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza,e inmediatamente salió sangre y agua” (Jn 19, 34)
Adoración del Santísimo Sacramento reservado en el Monumento
LITURGIA DEL VIERNES SANTO
Con la adoración de la Santa Cruz

Sábado, 4 de abril

8:00 p.m.

“Ya sé que buscan a Jesús, el crucificado.
No está aquí; ha resucitado” (Mt 28, 5-6)

VIGILIA PASCUAL
Con la bendición del fuego, el pregón pascual,
la bendición del agua y la renovación de las promesas bautismales

Domingo, 5 de abril
12:00 m.

 

Después de la Misa:

“Hasta entonces no habían entendido las Escrituras,
según las cuales Jesús debla resucitar de entre los muertos” (Jn 20,9)
MISA DEL DOMINGO DE RESURRECCiÓN
Actividad para los niños: búsqueda de los huevos de Pascua …

Cantaremos–15 de Marzo, IV Domingo de Cuaresma /B

Los v v. 16-21 aportan, pues, una reflexión del evangelista y no palabras de Jesús propiamente hablando. Esto puede causar sorpresa, pero es una de las ideas más felices de la teología cristiana. Dios ha entregado a su Hijo al mundo. En esto ha mostrado lo que le ama. Además, Dios lo ha enviado, no para juzgar o condenar, sino salvar lo que estaba perdido. Si existe alguna doctrina más consoladora que esta en el mundo podemos arrepentirnos de ser cristianos. Pero creo que no existe. El v.18 es una fuente de reflexión. La condena de los hombres, el juicio, no lo hace Dios. Lo ha dejado en nuestras manos. La cuestión está en creer o no creer en Jesús. El juicio cristiano no es un episodio último al que nos presentamos delante de un tribunal para que le diga si somos buenos o malos. ¡No! sería una equivocación ver las cosas así, como muchos las ven apoyado en Mt 25. Los cristianos experimentamos el juicio en la medida en que respondemos a lo que Señor ha hecho por nosotros. El juicio no se deja para el final, sino que se va haciendo en la medida en que vivimos la vida nueva, la nueva creación a la que hemos sido convocados. Estas imágenes de la luz y las tinieblas son muy judías, del Qumrán, pero a Juan le valen para expresar la categoría del juicio.

El evangelio de Juan es muy sintomático al respecto, ya que usa muchas figuras y símbolos (el agua, el Espíritu, la carne, la luz, el nacer de nuevo, las tinieblas) para poner de manifiesto la acción salvadora de Jesús. El diálogo es de gran altura, pero en él prevalece la afirmación de que el amor de Dios está por encima de todo. Aquí se nos ofrece una razón profunda de por qué Dios se ha encarnado: porque ama este mundo, nos ama a nosotros que somos los que hacemos el mundo malo o bueno. Dios no pretende condenarnos, sino salvarnos. Esta es una de las afirmaciones más importantes de la teología del NT, como lo había sido de la teología profética del AT. Dios no lleva al destierro, Dios no condena, Dios, por medio de su Hijo que los hombres hemos “elevado” (para usar la terminología teológica joánica del texto) a la cruz, nos salva y seguirá salvando siempre. Incluso el juicio de la historia, como el juicio que todo el mundo espera, lo establece esta teología joánica  en aceptar este mensaje de gracia y de amor. El juicio no está en que al final se nos declare buenos o perversos, sino en aceptar la vida y la luz donde está: en Jesús.

Fray Miguel de Burgos Núñez
Lector y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

CANTAREMOS:

      • Reunidos en el nombre del Señor ……………………………………………….159
        • Señor ten piedad
      • Tu Palabra me da vida – Antífona
      • Señor del Universo …………………………………………………………………..170
        • Santo – Padre Nuestro
        • La Paz – Cordero de Dios
      • Señor, Tu eres nuestra Luz ……………………………………………………….171
      • Pescador ………………………………………………………………………………..127
      • Viva Cristo ………………………………………………………………………………218

15 de Marzo–Domingo IV de Cuaresma /B

Evangelio según San Juan (Jn 3,14 – 21)

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
–«Así como levantó Moisés  la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.
Porque tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él.
El que cree en él no será condenado; pero el que no cree, ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios.
La causa de la condenación es ésta: habiendo venido la luz al mundo, los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace el mal aborrece la luz y no se acerca a ella, para que sus obras no se descubran.
En cambio, el que obra el bien conforme a la verdad, se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.»