Día: 21 de marzo de 2015

Cantaremos–22 de Marzo, Domingo V de Cuaresma /B

Jesús sabe muy bien que está llegando el desenlace de su vida y responde haciendo alusión clara a su muerte y al espíritu con que la asume: "Cuando haya sido levantado en alto, atraeré a todos a mi". Recurre a la metáfora del grano de trigo: "Les aseguro que si el grano de trigo caído en tierra no muere, queda sólo; pero si muere dará mucho fruto". Esta observación de la naturaleza la entienden todos….saben muy bien que este proceso de des-hacimiento es indispensable para multiplicarse y conquistar una nueva plenitud. El desgaste continuo en el trabajo del reino de Dios, el afrontar evidentes amenazas contra su vida, le condujo al inexorable fin de perderla  aceptando el más cruel de los suplicios precedido por las no menores torturas.

El cristiano quiere ver a Jesús. Nosotros queremos ver a Jesús. Evidentemente en este proceso de "encuentro", quien toma la iniciativa es el Señor. Para dar una respuesta íntegra, total, es necesario dejarnos mirar. Mirar en sentido bíblico, ver hasta las raíces más profundas de nuestro ser, hasta lo más hondo de nuestro corazón. Sólo desde allí nace y crece el deseo real y efectivo de buscarlo y conocerlo. De allí nace el amor, no de palabras hueras, nace el amor de seguimiento y de servicio.

La vida que tenemos en nuestras manos ha de ser entonces como el grano de trigo….. Ojalá que no lo enterremos en vano…..ojalá que nuestras espigas den grano bueno, abundante y apretado.

CANTAREMOS:

      • Somos un pueblo que camina ………………………………………..174
        • Señor ten piedad – Tu palabra
        • Antífona
      • Una espiga ………………………………………………………………….205
      • Por ti Señor ………………………………………………………………..134
      • Tan cerca de mí ………………………………………………………….193
      • Dame un nuevo corazón ………………………………………………. 64

Comentario Bíblico – 22 de Marzo Domingo V de Cuaresma /B

El evangelista, después de la opinión de Caifás tras la resurrección de Lázaro de que uno debía morir por el pueblo (Jn 11,50s), está preparando todo para este momento que se acerca. Ya está decidida la muerte, pero esa muerte no llega como ellos creen que debe llegar, sino con la libertad soberana que Jesús quiere asumir en ese momento.

Por tanto, era como si se Él esperara un momento como este para ir a la muerte: ha llegado la hora que se ha venido preparando desde el comienzo del evangelio, es la hora de la verdad, de la pasión-glorificación. Y Jesús, con una conciencia absoluta de su misión, nos habla del grano de trigo, que si no cae en tierra y muere, no puede dar fruto. La vida verdadera solamente se consigue muriendo, dándola a los demás. Es verdad que esta decisión, hablando desde la psicología de Jesús, no se toma olímpicamente o con desprecio; le cuesta entregarse a la muerte en aquellas condiciones. Por eso recibe el consuelo de lo alto para ir hasta el final, y antes de que le secuestren su vida, la entrega como el grano de trigo. El ama su vida entregándola a los demás, poniéndola en las manos de Dios y de los hombres. Todo parece demasiado extraordinario; en Juan no puede ser de otra manera, pero también es muy humano. Jesús no tiene miedo a la hora de la verdad, porque confía plenamente en el Padre, y advierte que los suyos tenga también esta misma disposición.

Los vv. 31-33 nos describen, con un lenguaje apocalíptico, la victoria sobre la muerte en la cruz. Esta es una teología muy propia de Juan que no ha visto en la cruz fracaso alguno de Jesús; al contrario, es desde la cruz desde donde “atraerá” al mundo entero (cf Jn 3,14-15; 8,28). Y ello no porque Juan pensara que Jesús resucitaba en la cruz, en el mismo momento de la muerte, como actualmente se está defendiendo, razonablemente, en muchos escritos teológicos. Sino porque la muerte de Jesús le confiere un poderío inconmensurable. La muerte no se la imponen, no es la consecuencia de un juicio injusto o inhumano, sino porque es el mismo Jesús quien la “busca” como el grano de trigo que necesita morir para “tener vida” y porque provoca el juicio sobre el mundo, sobre la falsedad del poder y la mentira del mundo. La hora de Jesús es la hora de la cruz, porque es la hora de la verdad de Dios. Y entonces, la mentira del mundo quedará al descubierto. Pero Jesús “atraerá” a todos los hombres hacia El, hacía su hora, hacia su verdad, hacia su vida nueva.

Fray Miguel de Burgos Núñez
Lector y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura

22 de Marzo–Domingo V de Cuaresma /B

Evangelio según San Juan(Jn 12,20-33)

En aquel tiempo, entre los que habían llegado a Jerusalén para adorar a Dios en la fiesta de Pascua, había algunos griegos los cuales se acercaron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le pidieron:
– «Señor, quisiéramos ver a Jesús.»
Felipe fue a decírselo a Andrés; Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús.
Jesús les respondió:
– «Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado.
Yo les aseguro que si el grano de trigo, sembrado en la tierra, no muere, queda infecundo; pero si muere, producirá mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo se asegura para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, para que donde yo esté, también esté mi servidor. El que me sirve será honrado por mi Padre. Ahora que tengo miedo, ¿Le voy a decir a mi padre?: ‘Padre, líbrame de esta hora’?. No, pues precisamente para esta hora he venido. Padre, dale gloria a tu nombre.»
Se oyó entonces una voz que decía:
–«Lo he glorificado y volveré a glorificarlo.»
De entre los que estaban ahí presentes y oyeron aquella voz, unos decían que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel.
Pero Jesús les dijo:
–«Esa voz no ha venido por mí, sino por ustedes. Está llegando el juicio de este mundo; ya va a ser arrojado el príncipe de este mundo. Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí.»
Dijo esto, indicando de qué manera habría de morir.