Día: 4 de noviembre de 2017

Cantaremos – XXXI Domingo del Tiempo Ordinario.

El Capítulo 23 de S. Mateo va dirigido a los escribas y fariseos, pero Jesús no discute la autoridad y las enseñanzas de estos maestros.  Tampoco invita a la desobediencia a sus enseñanzas, solamente aconseja que no imiten su conducta. En este texto, Jesús denuncia las desviaciones de su comportamiento. El Señor no soporta la INCOHERENCIA, ya que sencillamente, no hacen lo que dicen y muchísimo menos son lo que aparentan… Pensando superficialmente no logramos entender las palabras del Señor……

El problema de los fariseos radica en la DOBLE MEDIDA. Cargan sobre los otros fardos pesados que declaran obligatorios, de los cuales ellos se sienten exentos….

Padecen de OSTENTACION RELIGIOSA, de vanidad y exhibicionismo. Hacen buenas  obras, pero  a juzgar por las palabras del Señor, en su intención hay mucho de lo que, con varios ejemplos especifica como falsa piedad.

Pero atención, no debemos observar estas actitudes en el vecino sin estar atentos a nosotros mismos. La incoherencia es un defecto que puede hacer mucho daño. La vida está llena de dificultades, de ocasiones,  de oportunidades para el bien y para el mal.  Podemos sentirnos acusados por esas duras expresiones que sirven para localizar al fariseo que puede estar agazapado en el secreto de nuestro corazón.  

CANTAREMOS:

      • El Señor nos llama y nos reúne …………………………………….. 272
        • Ten piedad – Gloria
        • Aleluya – Antífona
        • Te vengo a ofrecer
      • Vaso nuevo ………………………………………………………………… 221
      • Tan cerca de mi ………………………………………………………….. 193
      • Tomado de la mano ……………………………………………………. 191

Comentario bíblico. XXXI Domingo del Tiempo Ordinario.

¡Siempre en actitud de servicio!

El primero entre vosotros será vuestro servidor. En la escuela de Jesús se aprende la única enseñanza que conduce a la salvación. Jesús es el último y definitivo enviado del Padre para anunciar e interpretar su voluntad de forma definitiva. Jesús es un lugarteniente y un intérprete autorizado de la voluntad del Padre (Jn 1,18). Es probable que en las iglesias mateanas hiciera falta una llamada de atención a las personas que habían recibido algún carisma en la comunidad. No llaméis padre vuestro…

Probablemente, Jesús quiere corregir la costumbre que tenían de llamar a los rabinos «padre mío» como un título honorífico. Siempre con la misma intención de corregir la ostentación. Sólo hay un Abbá que está en cielo. Jesús viene a revelar que nuestro Abbá, que es el suyo, es el único que merece ese tratamiento. Pero además significa que todos somos hijos del único Padre y, por tanto, todos iguales y todos hermanos realmente. Esta llamada de atención corta toda ostentación de los fariseos y es una advertencia a la propia comunidad cristiana en la que, según el testimonio de 1Corintios, existía el peligro de división por la inadecuada utilización de los carismas recibidos.
No os dejéis llamar guías… El texto sugiere estas dos posibilidades: primera, entender el término guía como lo entiende el autor de la carta a los Hebreos y como se entiende en los títulos kerigmáticos, es decir, el que conduce hacia la vida. En este caso Jesús es el único príncipe de la vida, el único que abre caminos hacia la vida. El sentido sería profundamente cristológico con fuerte significación soteriológica.

En segundo lugar, por la respuesta se observa que el título que subyace en el término guía es el de kúrios (Señor). Y ciertamente en el testimonio unánime del Nuevo Testamento es que el único Señor es Jesucristo. En definitiva, Jesús es el único que conduce a la vida, que abre el camino de la vida y el único que es el Señor de la historia. Recuérdese que también a los rabinos les gustaba que se les llamase mari (señor mío).

Por eso Jesús advierte que sólo hay un Señor en realidad. El que se enaltece será humillado. En primer lugar, es necesario ofrecer una traducción más clara: el que se enaltece a sí mismo Dios lo humillará. Jesús utilizaba gustoso el pasivo divino de tal manera que ha pasado a ser una característica propia de su lenguaje. En los pasivos divinos se ha de traducir el verbo por activo pero poniendo a Dios por sujeto, es decir, Él es quien exalta o humilla. La enseñanza de Jesús es que consistiendo la humildad evangélica en permanecer cada uno en su lugar y no abrigar pretensiones que desborden su realidad, la acción de Dios consiste en poner a cada uno en su realidad, en su lugar adecuado, en su rango. La enseñanza de Jesús es instructiva y responde a la realidad en que vivía rodeado de personas que se autoestimaban en exceso y, además, despreciaban a los demás.

Fr. Gerardo Sánchez Mielgo
Convento de Santo Domingo. Torrent (Valencia)

5 de Noviembre – XXXI Domingo del Tiempo Ordinario

Evangelio según San Mateo (Mt 23, 1-12)

En aquel tiempo, Jesús dijo a las multitudes y a sus discípulos: “En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y fariseos. Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra. Hacen fardos muy pesados y difíciles de llevar y los echan sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo lo hacen para que los vea la gente. Ensanchan las filacterias y las franjas del manto; les agrada ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; les gusta que los saluden en las plazas y que la gente los llame ‘maestros’.

Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen ‘maestros’, porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen ‘padre’, porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar ‘guías’, porque el ‘guía’ de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido”.