Con Jesús Señor de la Historia. Nº 2

CON JESÚS SEÑOR DE LA HISTORIA – Nº 2 (24 de junio de 2020)

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BATALLA DE CARABOBO

El 24 de junio se celebra un aniversario más de la Batalla de Carabobo, que le dio la Independencia definitiva a Venezuela… Antes de la Batalla, Simón Bolívar se encomendó a la Virgen de Coromoto y José Antonio Páez hizo promesa de dotar a la Villa de Achaguas de una imagen del Nazareno…

Por la correspondencia se sabe, que Bolívar estuvo en Guanare entre el 24 y 25 de mayo de 1821. En Guanare ejercía para entonces el ministerio sacerdotal el Pbro. Juan Vicente de Unda, quien, como Diputado por Guanare, había firmado el Acta de Independencia de Venezuela del 5 de julio de 1811, y conocía a Bolívar, así como Bolívar lo conocía a él. Eran amigos; y, puede tenerse por seguro, que el Pbro. Dr. José Vicente de Unda lo llevó a la Iglesia a orar… Tal era el protocolo para el recibimiento de los grandes personajes en la época: el sacerdote salía a recibir al personaje en las afueras de la población, lo conducía a la Iglesia, para que allí orase un tiempo, antes de que le fuera señalado su alojamiento. Si el Pbro. Dr. José Vicente de Unda llevó a Bolívar a la Iglesia a orar, seguramente también le mostró a la reliquia de la Virgen de Coromoto, encontrándose, como se encontraba, la devoción a la Virgen de Coromoto en pleno apogeo…

Un viajero francés llamado Francisco Depons —el nombre completo es François Raymond Joseph Depons—, que recorrió Venezuela entre 1801 y 1804 —unos veinte años antes de la Batalla de Carabobo—, da testimonio de la intensa devoción a la Virgen de Coromoto en Guanare por esos años: “(…) la Iglesia parroquial es grande, bella y ricamente ornamentada. Una buena parte de su esplendor se debe, a que allí se venera la imagen de Nuestra Señora de Coromoto, cuyas virtudes y milagros me obligan a dar algunos detalles sobre su aparición y sobre la inmensa multitud, que atraída por su devoción viene de las Provincias vecinas a Guanare. Sólo la tradición local había conservado memoria de las circunstancias relativas a la aparición de Nuestra Señora de Coromoto, hasta el 3 de febrero de 1746, fecha en que hallándose en Guanare en calidad de Visitador, el Doctor Don Carlos Herrera, Cura Rector de la Catedral de Caracas, abrió una indagación pública, con propósito de dejar asentados positiva e indiscutiblemente los hechos, de modo que la tradición no olvidara algunos o alterara su memoria. (…) El 8 de septiembre de 1652, dice la investigación llevada a cabo por el Doctor Herrera, se trató de obligar al Cacique a asistir a los oficios divinos. Él se negó a ello, y se retiró a su morada, distante dos leguas de allí. Apenas había llegado, se le apareció la Virgen, con tanto esplendor, que en medio de la noche daba tanta luz como el sol al mediodía. El Cacique, al verla, dijo: ‘¡Oh, Señora!, hasta cuándo me has de perseguir. Bien puedes volverte; no te he de obedecer. Por ti estoy pasando trabajos. Quiero regresar a mis bosques, ahora que me arrepiento de haberlos abandonado’. La mujer del indio le dijo a su marido: ‘No insultes a la Señora; no tengas tan mal corazón’. El indio entonces echó mano a sus flechas, tratando de herir a la Virgen, pero ésta se le aproximó tanto, que no pudo ejecutar sus designios. Él quiso echársele encima, pero ella entonces desapareció, y de nuevo reinó la oscuridad. Al mismo tiempo, el Cacique sintió algo entre sus manos, hizo luz, y vio una imagen de la Virgen; la escondió entre la paja del techo de su choza, y salió al bosque, donde murió, mordido de serpiente. Un niño de doce años encontró la pequeña imagen, y la colgó en su escapulario. Pero en cuanto se supo la cosa, vinieron a buscar la imagen con toda la solemnidad del caso. La transportaron a la Iglesia, la cual muy pronto se transformó en templo digno de la reliquia. A ella acuden de continuo los fieles a tributarle homenajes con profunda veneración. Sólo le ha faltado a la Virgen de Coromoto, para igualarla a Nuestra Señora de Loreto, los tesoros de la Virgen italiana, pues al par de ella, se la considera todopoderosa”. El viajero francés compara a la Virgen de Coromoto con la Virgen de Loreto, la del Santuario mariano más importante de Europa en esa época, donde, por cierto, se originó la Letanía lauretana, que es la que todavía hoy se reza al final del Santo Rosario… Santuario, que, después de los Santuarios de Lourdes y Fátima sigue siendo el Santuario mariano más importante de Europa…

Hay, por lo tanto, fundamento más que suficiente como afirmar con el Hno. Nectario María, que “Bolívar visita la Iglesia junto con sus acompañantes, e implora el auxilio y protección de la Virgen Santísima de Coromoto, que debía ser más tarde declarada Patrona de Venezuela; y el triunfo de Carabobo fue el fruto de la confianza del Libertador en el poder de la sin par Madre de Dios, la Virgen Santísima de Coromoto. Una placa marmórea, en el frontispicio de la Basílica, recuerda la visita y plegaria del Libertador a la Santísima Virgen de Coromoto”. Esa placa todavía se encuentra en la fachada de la actual Iglesia Catedral de la ciudad de Guanare…

Y en cuanto a José Antonio Páez… Horas antes de partir al frente del Ejército de Apure, rumbo a Carabobo, el 10 de mayo de 1821, oró Páez en la Iglesia de la villa de Achaguas, prometiendo regalar una imagen del Nazareno, si regresaba triunfante…

El Gral. Páez cumplió su promesa… Siendo Presidente de Venezuela, encargó la fábrica de la imagen del Nazareno a José de la Merced Rada, considerado el último de los imagineros caraqueños de la colonia… habiendo sobrevivido a la Guerra de Independencia.

            La imagen, donada por Páez, llegó a la Iglesia de Achaguas en el año 1835. En realidad, se trata de un conjunto de imágenes; una imagen, que representa a Jesús de Nazaret con la Cruz a cuestas, en cuya peana ―que forma una sola pieza con la imagen― se encuentran en altorrelieve las siguientes letras y cifras: al frente: José Antonio Páez; del lado derecho (viéndolo desde el frente): 1833; al dorso: Por Merced Rada; complementada con otra imagen de Simón de Cirene (cf. Mc 15, 21; Mt 17, 32; Lc 23, 26). La villa de Achaguas era entonces la capital de la Provincia de Apure…

Pbro. Ramón Vinke