Día: 23 de septiembre de 2016

Vaticano: Publicado el Estatuto de la Secretaría para la Comunicación

Se publicó este 22 de setiembre el Estatuto de la Secretaria para la Comunicación, (SpC) instituida por el Papa Francisco con el Motu proprio “El actual contexto comunicativo” en junio del 2015, en el ámbito de la reforma de la Curia Romana. El nuevo dicasterio vaticano – se lee en el preámbulo – responde al “actual contexto comunicativo caracterizado por la presencia y el desarrollo de los ‘media’ digitales, por los factores de la convergencia y de la interactividad”. Esta nueva situación comporta una reorganización de los organismos vaticanos y de los entes vinculados con la Santa Sede, para su “integración y gestión unitaria”. El Estatuto, de carácter experimental, tiene una duración de tres años.

Por la tarde, el Papa mantuvo un encuentro con el Prefecto de la  Secretaria para la Comunicación, mons. Dario Edoardo Viganò y con mons. Lucio Adrián Ruiz, Secretario del nuevo dicasterio, junto al Consejo para la Comunicación. Durante el coloquio, caracterizado por la gran cordialidad, el Pontífice entregó el Estatuto de la Secretaria para la Comunicación, que regirá desde el 1° de octubre.

Naturaleza y competencia

El capítulo 1 sobre la “naturaleza y competencia” de la nueva Secretaría para la Comunicación remarca el objetivo principal de unificación de “todas las realidades de la Santa Sede que se ocupan de la comunicación, para que todo el sistema responda de manera coherente a las necesidades de la misión evangelizadora de la Iglesia”. Asimismo la SpC acogerá en el futuro “otros modelos e innovaciones técnicas y formas de comunicación”.

Leer completo el documento en : http://es.radiovaticana.va/news/2016/09/23/publicado_el_estatuto_de_la_secretar%C3%ADa_para_la_comunicaci%C3%B3n/1260183

Cantaremos–XXVI Domingo del Tiempo Ordinario /C

La tragedia de los ricos consiste en que su exceso de bienestar junto a los que pasan hambre es incompatible con el reino de Dios, que quiere ver a todos sus hijos disfrutando de una vida digna. Jesús habla en su parábola de un rico que pertenece al más alto sector de privilegiados Es de los que vive disfrutando la vida mientras afuera de su mansión se la pasa un mendigo, Lázaro “aquél a quien ayuda Dios”, no se viste de lino y púrpura, sino de llagas desagradables. Ya ni siquiera se atreve a pedir ayuda.

La mirada fuerte del Señor está desenmascarando la injusticia de aquella sociedad: los ricos están dentro disfrutando, los pobres están fuera padeciendo. Lázaro muere y entra al seno de Abraham para tomar parte del banquete. Epulón muere y es enterrado con todos los honores pero va al lugar de las sombras donde son conducidos todos los muertos por igual.

Con su parábola Jesús no estaba descubriendo la vida del más allá, sino lo que sucede en Galilea, en el más acá…Por todos lados ve a hombres, mujeres y niños con la necesidad dibujada en sus rostros. Ve a los campesinos llorar de impotencia porque los recaudadores le han quitado lo mejor de sus cosechas. Debemos entender que el reino de Dios no es una buena noticia para todos por igual….. Ni en Galilea, ni en ninguna parte del mundo podrá construirse la vida como la quiere Dios, sino es redimiendo a la humanidad del hambre y la miseria. El lenguaje de Jesús estremece a unos e incomoda a otros…pero no deja  a nadie indiferente.

CANTAREMOS:

      • Somos un pueblo que camina ………………………………… 174
        • Señor ten piedad – Gloria
        • Aleluya – Antífona
      • Este pan y vino ……………………………………………………..  91
        • Santo – Padre nuestro
      • Donde hay caridad y amor ……………………………………..  65
      • Señor, Tú eres nuestra luz ……………………………………. 171
      • Si viene conmigo …………………………………………………. 179

25 de Septiembre – XXVI Domingo del Tiempo Ordinario /C

Evangelio según San Lucas (Lc16,19-31)

En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: “Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y telas finas y banqueteaba espléndidamente cada día. Y un mendigo, llamado Lázaro, yacía a la entrada de su casa, cubierto de llagas y ansiando llenarse con las sobras que caían de la mesa del rico. Y hasta los perros se acercaban a lamerle las llagas.
Sucedió, pues, que murió el mendigo y los ángeles lo llevaron al seno de Abraham. Murió también el rico y lo enterraron. Estaba éste en el lugar de castigo, en medio de tormentos, cuando levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro junto a él.
Entonces gritó: ‘Padre Abraham, ten piedad de mí. Manda a Lázaro que moje en agua la punta de su dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas’. Pero Abraham le contestó: ‘Hijo, recuerda que en tu vida recibiste bienes y Lázaro, en cambio, males. Por eso él goza ahora de consuelo, mientras que tú sufres tormentos. Además, entre ustedes y nosotros se abre un abismo inmenso, que nadie puede cruzar, ni hacia allá ni hacia acá’.
El rico insistió: ‘Te ruego, entonces, padre Abraham, que mandes a Lázaro a mi casa, pues me quedan allá cinco hermanos, para que les advierta y no acaben también ellos en este lugar de tormentos’. Abraham le dijo: ‘Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen’. Pero el rico replicó: ‘No, padre Abraham. Si un muerto va a decírselo, entonces sí se arrepentirán’. Abraham repuso: ‘Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso, ni aunque resucite un muerto'”.